Restaurante: Juliantxu

Acábamos de salir de allí huyendo de la camarera y del dueño que no se ha dignado en salir a dar la cara. Llevaremos como once años yendo allí, aunque hacia cuatro que no veníamos, a las dos y cuarto no había nadie, y hace años el local lleno. Las chuletas las hemos pedido como siempre un poco más que al punto y la camarera que no era la de siempre pero que ha dicho que llevaba muchos años allí nos a dicho que o la pedíamos al punto o muy hecha que no había más opciones. La chuleta de medio kilo nos la ha sacado en un plato mondo y lirondo y cuando le hemos dicho que porque no la sacaba en la plancha caliente nos ha dicho que nunca la sacaban asi, que si acaso la de kilo nos la sacaban en la plancha caliente y que echaramos ahí la otra si queríamos... Hemos acabado discutiendo porq le hemos dicho que siempre la han sacado en plancha caliente redonda y nos ha negado la mayor en fin la carne fría muy malos modales poca educación y 61 euros mal gastados no volveremos jamas nada recomendable. ( insisto el dueño sin salir de la cocina para dar una explicación)

Estuvimos en juliantxu en julio, ya que veníamos de visitar la zona y nos apetecía una buena chuleta de berriz, antaño famosas por su calidad. Nos decepcionó bastante. El local, por fuera, no parece un restaurante, soso, apenas distinguible, feo, al lado de la carretera,... Al entrar, unos lo definen como decoración vintage. Yo lo defino como "viejuno". El comedor está como en los años 70 u 80, llena de postales, objetos y elementos decorativos sin gusto ni coherencia de ningún tipo. El servicio, regular. Aunque la única camarera estuvo atenta y fue cordial con nosotros, no terminaba de ofrecer una imagen agradable y simpática, más bien parecía como forzada a ser amable, sin ganas. No asesora bien, tratando de enchufarte una chuleta de 750grs para una niña de 10 años habiendo pedido ya dos menús de sidrería. Lo mejor de la visita, la comida, buena calidad. La tortilla nos gustó mucho y los pimientos también. La chuleta la pedimos "al punto" y la trajeron prácticamente cruda. Al pedir que nos la pasara un poco más, que la habíamos pedido al punto y no poco hecha, se molestó un poco, dando a entender que así era el punto. Nos la volvieron a traer al poco, en un plato super caliente, con lo que salvo los primeros bocados, el resto se pasó del punto casi a los 2 minutos. Me parece una falta de respeto tratar así a los clientes sabiendo, que lo saben, que así no se hacen las cosas. Aún así, es de justicia decir que los pocos trozos que comimos "al punto", estaban deliciosos. Lo dicho, parece que les jode que les digas cómo quieres la carne y si no coincide con el criterio de ellos, pues prepárate. Creo, por lo que me cuentan y he leído, que fue un buen restaurante. Hoy, apoyo a los que piensan que se les ha pasado el arroz y definitivamente ni lo recomendaré ni lo volvería a visitar.