Restaurante: Kulixka

Después de dos reservas fallidas, conseguimos ir al Kulixka a probar sus angulas, y la verdad que ante la expectación del pequeño lugar quedamos muy satisfechos. Hablo de todo en general. La impresión fue de sitio muy acogedor y trato estupendo y muy agradable. No hizo falta carta y nos guiamos por las recomendaciones, tomate con anchoas que eran espectaculares, ostras, centollo preparado y gamba plancha... Las angulas (400gr para los4 que eramos) te las plantan en una sartén, y mientras alucinábamos, nos pusieron una bandeja con cuatro huevos fritos para acompañar que nos quitaron el sentido. Pedimos postres solo por probar las torrijas que parecía leche frita y el arroz con leche, para mi demasiado frío, pero muy bueno. Un sitio muy acertado.

Restaurante con mayúsculas como pocos. El local pequeño, aunque muy cómodo y lo atienden a las mil maravillas. Adornan fotos muy taurinas y de famosos "importantes". La ensaladilla la bordan. El marisco además de fresco, es de altura por la calidad y claro, el precio. Como especialidad las angulas buenísimas. La torrija se mereció el cum laude.

Kulixka es la marisquería con mayúsculas, con un género muy especializado, y el mejor de Madrid en angulas. Marisquería preferente, de mucha confianza y mejor calidad. El local muy taurino, y con sabor al casticismo más noble. Elegante y cercano el servicio, que sorprende por su agradable espontaneidad y dominio del genero que trabaja. El marisco de kulixka, que se puede ver en su escaparate como ya he mencionado muy fresco; las ostrasmuy buenas, junto con el centollo y unas angulas imposibles de ver en otro lugar, bien por su textura, su sabor, bien su preparación y presentación. Como devoto del marisco todo un lujo gastronómico, en un lugar auténtico y con mucho encanto

Dando por hecho que la calidad se paga, me parece excesivo que me cobren 200 euros por picar algo, esto es, una ensalda de tomates con anchoas, unos camarones sacados del congelador, una botella de martin codax y unas almejas a la marinera. Éramos 2 y estábamos solos en el comedor, cosa que no es de extrañar si solo por los cubiertos me cobraron 28 euros, si se intentaron llevar el plato de almejas hasta 3 veces, yo quería mojar mi pan, si llego a saber que me iba a costar 28 euros, pronto me hubiese levantado, lo que pasa es que a la tercera vez que vinieron a llevarse el plato, me harté y pedí la cuenta... Me pareció una tomadura de pelo, por eso no volveré jamás, solo guardo la factura, como recuerdo de ese esperpento de picoteo antes de ir al cine. Saludos. Bruno.

En uno de mis viajes a Madrid, encontré kulixka, en el barrio de chamberí. Buenísimo guiño al género marisquero y a su calidad. Marisco puro y duro.