La comida espantosa, pedimos patatas bravas que tuvieron que retirar porque eran incomibles. Croquetas de bacalao insipidas. Calamares mal descongelados. La sepia era lo único pasable.
La comida espantosa, pedimos patatas bravas que tuvieron que retirar porque eran incomibles. Croquetas de bacalao insipidas. Calamares mal descongelados. La sepia era lo único pasable.
Nos encantò.. El local.. El personal.. La comida... Muy aconsejable y el pueblo al igual que su entorno precioso.
Un acierto el viaje a cabanes, tanto en el alojamiento como en la comidas que hicimos en el restaurante l¨ hostal. El dueño muy amable y atento nos hizo de oficina de turismo. La comida, tanto el menú como a la carta, espectacular. Muy buena relación calidad-precio. El rabo de toro buenísimo. Recomendable cien por cien.
Venimos cada quince días para degustar una cocina tradicional, que fusiona la experiencia de las abuelas y la modernidad de una chef llamada lucía. Y por supuesto en un entorno de tranquilidad con la mirada atenta del maitrê jordi. Sitio que recomendamos a todo el que quiera comer como en casa.
Un lugar con encanto, familiar y una comida excepcional. No se puede describir, hay que venir. Y por supuesto la tosta de foa siempre.
Una vez más cenando en l'hostal y una vez más se han superado. Esta vez manitas de cerdo. Expectacular. Felicidades a la cocinera y dueña de la casa
Es un sitio precioso por su decoración, el propietario es respetuoso y atento, la comida buenísima, sobre todo el montadito de foa con mermelada de tomate. Aunque hay mucho, la pirueta de gamba, las chuletas de cordero o el bacalao a la sidra. Cualquier cosa que pidas te va a encantar. Nos hacemos treinta kilómetros solo para estar a gusto cenando con gente agradable y en un ambiente de silencio. Estamos cenando ahora mismo y acábamos de reservar para el domingo para once personas.
Trato familiar, muy amable, cocina tradicional de calidad, con exquisiteces como la morcilla de sepia, que vale la pena probarla. Local moderno a la entrada, mantiene el comedor en una construcción tradicional, centenaria, restaurada con gusto, muy agradable. Vale la pena.
Edificio antiguo y acogedor, tranquilo, limpio y con buena presencia, restaurado hace dos años. Dos salones con unas arcadas de la época una excelente chimenea donde se puede comer en su interior. Capacidad del restaurante 100 comensales, posibilidad de salón privado para fiestas reuniones y pequeños eventos. Comida tradicional de la zona del interior de Castellon, productos típicos, postres caseros y un sin fin de especialidades por encargo, arroces pescado fresco, carnes guisadas etc. Calidad excelente, precio bueno, trato personalizado. Menú de lunes a viernes 8€, fin de semana y festivos 15€. El horario es desde las 09h hasta las 11h en invierno y de 09h hasta las 01h en verano. No cierra ningún día de la semana.