Me gustaron mucho las dos pizzas que probé; además, eran bastante originales en cuanto a la combinación de ingredientes y la calidad de estos era buena. Ahora bien, el gran problema que le veo a este sitio es que es ruidosísimo, es algo exagerado. Te entra un dolor de cabeza terrible porque las mesas están muy juntas, no hay ni una ventana abierta y las instalaciones en sí no ayudan en nada a ahogar el ruido. En ese sentido, es de los peores sitios a los que he ido, con diferencia. Las pizzas, aunque un poco caras, sí son buenas, como ya he comentado. En cuanto a los postres, no merecen la pena; son corrientitos, poco variados y caros.