En contadas ocasiones al finalizar el almuerzo/cena, llamamos al encargado/maitre y le rogamos solicite al cocinero que venga a nuestra mesa para trasladarle nuestras felicitaciones. Normalmente suelen acudir con verdadero orgullo del reconocimiento a su extraordinaria labor. Efectivamente, la ultima vez lo volvimos a hacer y no os podéis ni imaginar la cara y el gesto de satisfacción que nos mostró. En esta semana, en otra reunión familiar,volveremos a ir a este extraordinario restaurante y si no ha cambiado nada repetiremos las felicitaciones, al menos eso esperamos. Ni que decir tiene que lo haremos extensible a todo el personal también,faltaría mas.