Restaurante: La Canda

Decir malo es quedarse corto. Teníamos una reserva para las 2:30 y salíamos de allí a las 5 de la tarde, y no por tener una agradable sobremesa, sino porque desde que llegamos hasta que nos sirvieron el primer plato fueron casi 45 minutos y hasta el segundo plato casi otra hora. Y eso que eran menús de lo más sencillos que no requieren mucho tiempo en preparar siempre y cuando se tenga previsión. Además el servicio de las camareras dejaba mucho que desear, si las llamabas para preguntar qué pasaba, te decían que te esperaras con la mano, te retiraban los platos cuando te traían el siguiente. Encima tuvimos un percance y a mi niña de dos años se le estropeó un pantalón con lejía que había en el recipiente de la escobilla del baño y el dueño se lavó las manos, lo llegó hasta a poner en duda y se limitó a un "pues lo siento" sin más y si a la niña le hubiese pasado algo por culpa de la lejía, no había problema porque para eso tiene un seguro. Vamos un sitio para no volver ni recomendar ni a tu peor enemigo

Muy bien de raciones y los menús, del día y especial excelente relación calidad precio. Volveremos pronto!

Un sitio amplio, agradable y buen trato. Buen sitio para tomar vermouth, cervezas, cenar, varias televisiones para ver el futbol, máquinas de dardos, gente joven... Totalmente recomendable