Malos pero malos no hemos comido hamburguesas tan caras y malas en la vida y mira que llevamos unas pocas lentos poco profesionales y van de graciosillos
Malos pero malos no hemos comido hamburguesas tan caras y malas en la vida y mira que llevamos unas pocas lentos poco profesionales y van de graciosillos
Horrible, fui a cenar aquí con mi marido ya que era nuestro aniversario y por desgracia este año estamos bastante mal de dinero y tuvimos que bajar el nivel con respecto a otros años y buscar un sitio del montón. Y en qué hora porque no pudimos ni cenar, mientras esperábamos nuestra mesa reservada tomando algo en la barra, aparecieron seis personas, parece ser de confianza del dueño y/o de los camareros y les adjudicaron la mesa aunque acababan de llegar y llevábamos rato esperando. Qué típico de la hostelería de toledo, privilegiar a los ttv ( toledanos de toda la vida) perdiendo buenos clientes. Habíamos ido otras veces y aunque no nos hace mucha gracia, para comer unas hamburguesas y unas patatas vale cualquier sitio, pero de esta sí que no nos vuelven a ver el pelo por allí. Qué poca vergüenza y qué impresentables!!!
Horrible, con qué sensación de comer mal y atenderte peor sales de allí. Una vergüenza este intrusismo en la hostelería, quien no sepa ni valga para llevar un negocio así, puede optar por cientos de cosas como criar chotos o tirar cantos a las palomas aunque sea, pero no para dar un servicio al cliente.
Cutre. De lo malo, lo peor. Local bonito y curioso pero enturbiado por una mala atención y comida, la espera se hizo eterna para una hamburguesa de ¿cordero? Que pedimos. El precio elevadísimo para lo poco y malo de la comida, el servicio es de tercera regional y parece que te hacen un favor por estar allí... Un desastre.
Muy agradable y bonito el local, pero aparte de que la relación calidad precio no me pareció la adecuada ni por asomo, tuvieron dos detalles un poco "cutres". 1º tomamos dos comidas a la carta y dos menús de "la vida es bella". Cual no sería mi sorpresa cuando vi que me habían cobrado las 4 raciones de pan en lugar de dos. También me cobraron una caña de cerveza que pedí en el menú. Por lo del pan no dije nada (tuve más vergüenza que ellos), pero lo de la caña de cerveza pregunte: ¿no está incluida la bebida en el menú? Y la respuesta fue: si pero, como habéis pedido una caña y agua y os he puesto el agua grande, pues te cobro la cerveza. Ahhhhhhhhhhhh, no era de las grandes, pero aunque lo hubiese sido, yo pedí agua y no especifiqué, les tendría que haber dado vergüenza esas tentativas de engaño por querer cobrar complementos incluidos y a precio de zalacaín para una comida del montón, con un servicio del montón, y una gerencia usurera. Aboné lo que ponía en la nota y me despedí educadamente. Pero ni volveré, ni lo recomiendo con la cantidad de restaurantes mejores y "legales" que hay en toledo.
Malo no, pésimo. Esperamos muchísimo tiempo a que llegase la comida, y cuando tanta espera merece la pena, parece que se olvida lo anterior pero cuando es horrible todo lo que sale, unido a un servicio poco profesional y maleducado y tratan de jugártela... Son ganas de querer cargarse un negocio, una lástima con lo bonito que es el local y la mala sensación con la que sales de allí.
Un sitio brillante y audaz, con un equilibrio calidad precio inmejorable. Cocina imaginativa que no cae en la pedantería y en lo rancio, con apuestas como sus deliciosas hamburguesas que son todo un acierto. La cave no es un sitio sólo para ir, es un sitio para volver.
Pésimo, la comida es normalita, simple y deslabazada, algo que puede comerse en cualquier sitio. Pero lo que es todo un despropósito es lo referido a la atención, profesionalidad y saber estar, lo que natura no da, Salamanca no presta. No vuelvo nunca a los lugares donde intentan colármela, me incomoda mucho estar releyendo las letras pequeñas y buscando las marrullerías. Cuando voy a un restaurante, voy a comer y no a jugar con los trileros. Esto lo dedico a la prepotencia y falsedad farisea del que dice ser "socio"
Carta de mucha hamburguesa y comida rápida, si te vas a comida un poco más seria sinceramente te llevas un chasco pues es la comida de siempre pero mal cocinada, el cochinillo parecía chicle, no merece la pena, tan sólo el local que es muy bonito.
Cenamos aquí por la casualidad que nos hizo llegar a una hora en la que teníamos hambre al desagradable callejón donde se ubica este local. Y... Nefasto, es la palabra más apropiada al salir de este bar de raciones y platos combinados. Toda una alegoría a la fritanga y fast-food servido con poca profesionalidad y nulo conocimiento. Eso sí, con precios y pretensiones de restaurante decente, no me volverán a ver el pelo por allí ni puedo recomendárselo a nadie a quien no desee el mal.
Tras dar varias vueltas por la ciudad buscando un sitio diferente, llegamos a un estrecho callejón donde se encontraba el restaurante, resultó ser una experiencia culinaria muy positiva. Nos trataron de manera muy agradable, recomendándonos lo que podíamos comer sin llegar a ser pesados. La calidad de las materias primas y el servicio estuvo excelente. Recomiendo el cochinillo asado, y los postres caseros ¡deliciosos!. El gerente estuvo muy atento en todo momento, nos comentó que a penas llevan unos meses abiertos, y se notan las ganas de hacerlo bien. Volveremos porque merece la pena.
Nos encantó... Fuimos dos parejas y pedimos el menú degustación... Muy bueno y cambiaron un par de platos que a nuestros amigos no les gustaban... El trato excepcional... El comedor esta junto a ruinas romanas... Un antiguo aljibe... Y el camarero nos lo enseño todo incluso hizo de guía explicando con detalle aspectos de aquellas ruinas y de la cultura romana... Supersimpático y amable... Comida muy elaborada en plan mastercheff.... Buenísimo y de precio muy bien.... 15 euros sin bebida.... Nosotros que pedimos vino y cafés etc salimos por 45 euros la pareja... Mereció la pena... Os lo recomiendo