Restaurante: La Chata

Tomamos un menú de 10,90, al que luego le agregaron el iva, publicidad engañosa. Pedimos judías, por supuesto!!! No eran más de unas 8 ó 9 sin nada..... Ni un trozo de chorizo, naaaaaaada pedí albóndigas de segundo, vinieron cuatro mini albóndigas. Vergonzoso!!!!!!!!!!!!!!!!

El servicio bastante bien, muy educados, aunque un poco lentos, la comida regular y muy escasa, el precio bastante correcto

Buenos días: me gustaría comentar la que va a ser mi última visita a este restaurante. Llegué con mi mujer y nuestros dos hijos. El saludo inicial fue que les molestaba que nuestro hijo se quedara en medio de la puerta (2 sg. ) porque entraba frío. A continuación nos sentaron amablemente e incluso cambiaron las copas por dos vasos bajos para los niños (me pareció correcto por si rompían las copas) a pesar de promocionar en la entrada algunos menús..... Incluido el especial: "menú Segoviano" 22 €, nos dieron la carta en la que no aparecía ningún menú (un mal gesto y una mala práctica en mi opinión). La verdad es que siempre que había visitado este rte. Había comido a la carta, pero por abaratar un poco la factura decidí pedir lo mismo pero por el menú que proponían.... Por lo que tuve que pasar el momento violento de preguntar al camarero por ellos. Al pedírselo hizo un gesto de malestar y nos trajo un papelucho con dos o tres tipos de menús y nos lo tiró literalmente a la mesa. No nos gustó para nada el gesto, pero al ir con niños, estar lloviendo y demás decidimos quedarnos. La verdad es que si nos hubiéramos marchado a cualquier otro sitio, aunque hubiera sido a comer un bocadillo habríamos ganado ya que el asunto fue de mal en peor. Nos sirvieron 8 ó 9 judiones en un cuenquecito de barro, sin carne ni ningún complemento que suelen tener en su preparación. Posteriormente una pequeña tajada de un cochinillo correoso y frío que nada tiene que ver con el que había probado en anteriores ocasiones. Para los niños a parte de sus platos pedimos unas croquetas que estaban buenas pero que iban acompañadas de unas patatas cortadas en hilos. Estaban frías y con un sabor extraño, como si fueran del día anterior(sábado). A continuación, le preguntamos por el postre y de unas formas poco profesionales, nos detalló lo que había (yo no sé si el camarero era familiar, pero nos estaba echando cada vez que hablaba). Pedimos piña, flan, helado y un café. Lo más llamativo fue que la piña que nos pusieron era una rodajita con media guinda en medio.. Alucinamos, nunca!! Ni en un menú de “barrio” me habían puesto solo una rodaja pequeña, daba vergüenza hasta servirlo, ¿no se dieron cuenta? Un bote con 10 rodajas vale 1. 30€, vergonzoso, de verdad. Ah! El vino de la casa correcto pero nos trajeron una botella empezada hasta la mitad con restos del corcho en su interior. Luego para pagar tuvimos que esperar unos 15 minutos de reloj, al igual que otras dos mesas que teníamos al lado. Y es que para cobrar está el señor mayor que debe ser el dueño, y se le veía un poco saturado. Si no fuera por la gente de paso, viendo como nos trataron a nosotros y las mesas que estaban a nuestro alrededor que también comentaron el mal servicio este sitio cerraba en cuatro días. Fue una mala experiencia y por nuestra parte han perdido unos clientes y desde luego a los que recomendábamos. Me gustaría que los dueños del negocio lo leyeran para que fueran conscientes de lo que pasó en su restaurante y pongan remedio para que no se les vayan más.

Restaurante al que no se debe ir bajo ningún concepto. A pesar de que tiene buen aspecto, la comida es tal vez la peor que se puede encontrar en toda la provincia de Segovia. El gazpacho estaba fermentado, el solomillo rancio, el bacalao con tomate escaso y congelado. Todo mal elaborado, del día anterior (como las patatas fritas), presentado sin cuidado. Eso sí, los precios como si se tratara de un dos estrellas michelín. Después de comer allí estuvimos toda la tarde a base de sal de frutas y con mareos. Lo mejor, el agua de solán de cabras, que no la hacen ellos. ¡ah! Por si alguno de los camareros lee esto, por favor, es conveniente lavarse por las mañanas temprano antes de ir a trabajar para no dejar al cliente un olor a humanidad rancia cada vez que se sirve o retira un plato. De verdad, a todo el que pase por allí y sienta la tentación de comer, que lo evite como un vampiro al ajo, por su salud y por su cartera.

Nos encontramos un pelo en los judiones, sin más perdón que cambiarnos el plato el encargado, nos trajeron los segundos, un entrecot frio, y un solomillo sin limpiar y congelado.... Patatas fritas quemadas y sin más decencia ni vergüenza que cobrarte un dineral por un servicio pésimo y una comida... Horrible que no vaya nadie