Restaurante: La Chimenea

Paramos en este restaurante por haber leiído una buena opinión en internet, y nos llevamos un fracaso. Al llegar hablamos con una camarera de la barra y nos dijo que para comer fuésemos a la parte de las mesas, donde había un solo camarero, desbordado con solo 3 mesas ocupadas y todas las demás llenas de platos y vasos sin retirar. Le hablábamos para indicarle que éramos 4 para comer y nos estuvo ignorando, como si no nos viese, parecía enfadado con el mundo. Al final optamos por pedir algo para comer por lo menos para el niño y tardaron como media hora en poner un filete con patatas, nosotros nos pedimos 3 bocadillos de lomo que nos dieron cuando el niño ya había comido. Nada estaba bueno y muy mal atendidos. Y para despedirnos, estando aun sentados en la mesa, se acerca la camarera que estaba en la barra para preguntarnos que si habíamos pagado. Fue para lo único para lo que se dignaron a acercarse a la mesa. Increiblemente mal. Si podéis parar en otro lugar mejor, este no os lo recomiendo.

Nada más llegar, observamos que hay una mesa libre para cuatro comensales, es decir, nuestro caso. Bueno, pues al intentar cogerla, el camarero (sólo había dos y se les veía totalmente desbordados), nos hace detenernos y nos dice que esperemos a que nos prepare una mesa. Tras 20 minutos esperando, nos dice que ya podemos pasar... E increíblemente nos indica que nos sentemos en la misma mesa que antes íbamos a coger nosotros y a la que, por supuesto, nadie había tocado. Mientras esperábamos, comprobamos que el menú vale 12€, y no 10, como anuncían en su web. Pedimos un único plato del menú (ya no nos fiábamos de nada) y... Nos lo cobran a precio de plato combinado!. Y encima, tardaban muchísimo en atender, el pisto era de lata recalentado a microondas. Y lo demás sabía todo como a plástico. Una vergüenza. Pagamos 26€ por cuatro platos del menú -repito, cobrados a 8,50 cada uno-, una fanta de naranja, una botella de agua y dos cervezas sin alcohol. Por favor, no caigan en la trampa y coman en otra parte

Todos los platos tienen algo especial. Una presentación muy cuidada y una cocina muy original, además de exquisita. El ambiente muy tranquilo y agradable, a pesar de estar situado en un restop de carretera.

Siempre que paso por allí paro.

Estoy acostumbrada a comer cocina moderna, en la que las raciones son más pequeñas de lo habitual, pero el viernes pasado paramos a comer en este restaurante, en el que ya hemos parado en otra ocasión, y sinceramente, la ración que le sacaron a mi marido de chuletillas de cordero era ridícula. Estuve a punto de preguntarle al camarero si había alguna cámara oculta y aquello era una broma. No dijimos nada, pero sinceramente fue ridícula la ración que le sacaron. Era menos que una tapa.