Estuvimos el día 15 de mayo/2016, fuimos tres amigas almorzar previa reserva a las tres de la tarde, nos acomodan "la dueña" nos trae la carta anota el pedido, nos traen el entrante (una ensalada) en el momento de servir los platos eran las cuatro de la tarde se nos acerca un camarero que no atendía nuestra zona y nos dice que lo lamenta pero que uno de los platos no había. . . . Increíble después de estar una hora, la comida fatal unos calamares mediocres, un risotto con setas de paquete medio preparado de supermercado insípido y unas costillas "gratinadas" eso si de aceite a chorros, a todas estas ni un detalle ni una disculpa de la propietaria que despareció, como para volver otra vez... Que diferencia de sitio hace 18 años atrás. Josefina castro vila.