Restaurante: La Gallina que cantó

Mala comida y el trato de lo peor que he visto en mi vida. Los camareros gritándome y casi me agreden por pedir una factura. Me dijeron que antes de entrar tenía que haber preguntado si hacían factura. Que ellos no hacían. No entiendo como llevarán las cuentas con hacienda... En santo domingo cualquier otro restaurante, menos este....

Trato desagradable racista, chulo, prepotente, sin modales, etc, etc, estafa al pedir segunda bebida te la cobra a precio de gran reserva un vino de menú. Muy malo antes pasat hambre

La comida de lo más normal, pero cuando fui a pagar, pido factura y me dicen que allí no hacen facturas, a lo que contesto que tienen la obligación de hacérmela. Me dice la camarera gritando que tenía que haber preguntado antes de entrar si hacían facturas, a lo que le contesto que no es así y que me la tienen que dar. En ese momento entra uno de los camareros y me empieza a amenazar gritándome pegado a mi cara, con unas formas "macarras", a lo que respondo que voy a llamar a la policía. Al final sacan un talonario de facturas y me hacen la factura. Soy comercial y no me había ocurrido nunca algo así. Gente como esa no merece estar trabajando en un negocio de cara al público, y por lo que leo en opiniones, son así normalmente. Así que recomiendo no ir a ese lugar.

Me ha gustado el trato de las dos personas que nos atendieron, el lugar es pequeño y algo caluroso en verano. La comida bien.

Fue el primer restaurante que nos encontramos al entrar en el pueblo por el casco antiguo. Era tarde y teníamos un poco de prisa. Vimos que tenía un menú del día con bastantes cosas para elegir. Realmente estupendo, unos tomaron directamente el menú con unos platos caseros fantásticos ( alubias rojas riquísimas ) y otros no nos pudimos resistir a tomar carnes a a la brasa. Nos atendieron de maravilla y la verdad que en estos tiempos se agradecen los menús cerrados ( del día o especiales que incluyen también chuletón o chuletillas de cordero. Recomendable