El camarero con malas palabras me dijo que para tomar un café no debía ocupar una mesa. Increíble.... El hombre esta para jubilarse, no para trabajar. Decepcionante el sitio y los camareros. Una m. de atención
El camarero con malas palabras me dijo que para tomar un café no debía ocupar una mesa. Increíble.... El hombre esta para jubilarse, no para trabajar. Decepcionante el sitio y los camareros. Una m. de atención
Hemos intentado ir a comer hoy, previa reserva de mesa, y la atención ha sido pésima. No nos daban ninguna facilidad y los camareros tan muy bordes. Parecía que les estábamos molestando, cuando sólo queríamos comer. No se lo recomiendo a nadie. Atención horrible.
Pese a la magnífica ubicación, ni el servicio ni la comida eran aceptables. Estuvimos esperando algo más de una hora por una pizza escandalosamente cara para lo que acabaron trayéndonos: una pizza descongelada y quemada. Además, pedimos una tapa de chopitos que claramente habían frito y refrito varias veces, por lo que nos los sirvieron quemados (después de esperar la misma hora que para la pizza). Recuerdo pedir algo más, pero no el qué. Eso sí, la calidad era igualmente lamentable. En cuanto a precio, solo decir que las tres cosas que pedimos, más las bebidas, superaban los 50€. Sobre el servicio, ya he mencionado que estuvimos esperando más de una hora. Durante ese rato, los camareros pasaban por nuestro lado sin ni siquiera mirarnos. Las dos veces que pedimos explicaciones por el retraso, nos dijeron que al final de la comida nos invitarían a algún chupito, el cuál sigo esperando. En definitiva, no recomiendo este restaurante a absolutamente nadie, al menos hasta que cambien tanto el servicio como la comida.
Estoy totalmente de acuerdo. Eestuve en el puente del pilar 2015 y no iré más y tengo un chalet cerca a todo el que pueda le diré que ni se acerque
El lugar es inmejorable. Piscina, mar, preciosas vistas y todo tipo de servicios. La remodelación ha sido espectacular. El servicio de camareros deja mucho que desear. Malas caras, yo diría agotados y mal pagados. No sirven con alegría y se nota en el ambiente.
Buenos días. He comido en el restaurante la mirada en playa la zenia (orihuela costa). Es un robo “legal”. Eramos un matrimonio y dos niños. No hemos querido arriesgarnos así que hemos cogido 2 hamburguesas completas y una ensalada cesar. Los camareros hablando a grito pelado entre ellos y las sillas de plástico que no conocen el fairy, auguran lo que te espera. Ingredientes de la ensalada cesar: - lechuga iceberg. - 4 trozos de tomate - pollo empanado hecho del día anterior, es decir frío y blando. - salsa Si tienes un restaurante y no sabes servir una simple ensalada cesar, dedícate a otra cosa. La hamburguesa era de las que compramos industriales, es decir como la suela de un zapato. Postres: los niños eligen un helado. Le pregunto al camarero si los acaban de recibir para la temporada que acaba de empezar (es decir, que no sean de los que han quedado en los frigoríficos desde el verano anterior). Me contesta que sí mirando al suelo (vamos que “no tengo ni idea pero te digo que sí para que no me des problemas”). Al abrir los helados están como silicona, secos y encogidos. Del año anterior. Mi marido se pide melón. Incomestible. Como pepino en una ensalada habría colado. (precio 4€). Esto no tiene justificación: un melón lo abres y lo pruebas. Si está malo simplemente no lo sirves. Al final te preguntas si decir algo al camarero y finalmente decido que no, porque si en un restaurante te sirven así, el perfil del dueño es(sin lugar a dudas) el que ha descrito en el primer comentario la señora de Madrid. No hay nada que hacer con alguien que no debería dedicarse a esta profesión. Lástima que el lugar es privilegiado. Lástima que esté lleno de extranjeros que con que les de un rayo de sol en la cabeza, les puedes dar m. Para comer: van a volver. Lástima de gente con esta mentalidad que no reacciona ni estando en crisis. Lástima de camarero que viendo el melón entero (menos un pedacito) y los dos helados sin tocar, ni siquiera tiene la decencia de preguntar si ha habido “algún problema”. Lastima de 40€. Habiendo comido por 5€. Lástima la falta de profesionalidad que hay en la restauración de la comunidad Valenciana
Denigrante el trato recibido por el personal de este restaurante, tras pedir una paella por teléfono y no indicarnos que teníamos que avisar si queríamos dentro o fuera (no conocíamos el restaurante) nos indican que debemos de comer dentro, aún habiendo mesas fuera. Pedimos por favor que nos la sirvieran fuera que había mesas de sobra vacías y nos indicaron que pagásemos la paella e hiciéramos con ella lo que quisiéramos, que nos buscáramos la vida en cuanto a cubiertos, platos.... Etc. Le dijimos que la queríamos fuera puesto que íbamos con un niño pequeño y sería más cómodo para el. Salimos a la terraza y tras comentarle la situación a otro camarero nos dijo que lo que teníamos que hacer era cancelar la paella si no la queríamos. Por supuesto la cancelamos, y nos sentamos en la terraza en una mesa libre. Nos atendió una camarera del local a la que le pedimos una nueva paella, a los 3 minutos vino el camarero anterior paella en mano para que se la pagáramos y palabras textuales: "hiciésemos con ella lo que quisiésemos ya que de más de 2000 personas que había allí (no llegaban ni a 500) eramos los únicos que les estábamos dando problemas" el precio de la paella ascendía a 57 euros. La camarera nos dijo amablemente que si queríamos la de su compañero o la suya y le dijimos que la que le habíamos pedido a ella. Después de esto salió el dueño a decirle que no nos sirviera. Nos traen la segunda paella, quemada e insípida y nos cobran por la misma 52,50, casi 5 euros menos que la anterior. Tras esto pasamos a poner una reclamación a lo que el "dueño" nos respondió con insultos tales como: chulos de Madrid, monigotes, y demás que no voy a reproducir aqui. Nos invitó a llamar al 112 a lo que le indiqué que en todo caso a quien iba a llamar si seguía insultándonos era a la guardia civil, o a los locales. Nos díó la hoja de reclamaciones indicándonos que no nos daría un boligrafo ni nos la firmaría hasta que a el le diera la gana, puesto que era el dueño y podía hacer lo que le diera la gana. Por supuesto todo esto a voces desde detrás de la barra. Desde aquí solo decir que me parece lamentable que un sitio que vive del turismo trate así a sus clientes por el simple hecho de que un camarero pierda una comisión por no querer pasarle el cliente a un compañero. Dicho camarero resultó ser el hermano del dueño. Desde luego no solo no voy a volver a este restaurante sino que recibirán su reclamación desde la oficina del consumidor y la correspondiente denuncia por insultos.
La comida está muy rica pero tuve que esperar 28 minutos para que me atendieran. Eso si para un día de playa es estupendo.
Fui con amigos y la atención y el servicio fueron muy buenos, pero lomejor fue sin duda la comida. Tanto la carne como el pescado eran frescos y llegaron calientes a la mesa. Los postres También son muy buenos con una buena selección de vinos.