Nos hemos sentado a las 14:20 y han empezado a servir los entrantes a las 16:00. Lleno de gente y todas las mesas con las mismás quejas. La primera vez encantados, esta segunda ha dejado mucho que desear hasta a la hora de la cuenta. Para lo que hemos comido, hoy se han pasado. Un fiasco. Lo mejor ha sido la respuesta de un camarero, si quieren irse se entiende, yo he comido ya. Muy profesional