Restaurante: La Posá

Con cierta frecuencia, los sábados tras una ruta de senderismo por la sierra sur, me paro a comer en la posá atraído por la buena calidad y la abundancia de los platos presentados y por la atención profesional y amable y nunca asfixiante del personal. Me gusta la sensación que transmite de sitio reconocido, apreciado y frecuentado por los lugareños.

Algo extraño ha ocurrido últimamente con este restaurante, antes siempre repleto durante los fines de semana (hace sólo un par de años) y ahora casi desierto.

Casi todos los años me suelo desplazar hasta Frailes algún fin de semana de invierno buscando la nieve. Un microclima especial hace que acabe nevando con una asiduidad sorprendente. En muchas ocasiones he comido en La Posá siempre con un nivel muy aceptable y con una atención muy amable, y en muchas ocasiones no he encontrado mesa por el éxito de sus carnes a la brasa.

Hace 10 días estuve por allí y no había nadie; el comedor estaba helado porque al estar vacío no habían conectado la calefacción. La temperatura fuera eran 2 grados así que comer allí tuvo mérito.

La atención del personal no ha cambiado, fueron muy amables, pero la calidad de los platos de carne fue lamentable, tanto el cordero como el cochinillo.

En definitiva, si además de comer en un "frigorífico", la comida es tan deficiente, se puede explicar la huida de visitantes.