Restaurante: La Taberna Gallega de Marcos

Día 25-9-2018 cenar familiar vacío 8,30 h. P:m: aquello se empezó a llenar de giris.... Y otra etnia que no voy a nombrar. Parecía que desembarcaban autocares de extranjeros.... Y a mitad de cena se acerca un camarero casi llorando y nos pide cambiarnos de sitio porque viendo que la mesa se acercaba más a la nuestra, no les cavian... Naturalemte les dije que no muy enfadados... Y que que quería hablar con la responsable que ni se presentó. "hay que cordinar mejor por parte del jefe de sala y admitas más de lo que te entra", desplazando a los residentes en Barcelona, porque seguro se iran a su país y si te he visto no me acuerdo... Pedí la cuenta para marcharme, me trajeron un chupito y una porciones de tartita para tratar de calmarnos.... Eso te lo dan en otros sitios como detalle después de comer o cenar. Me traen la cuenta y me dicen que me han hecho el 10% sobre la fra., pago y me voy.... Enfadado por supuesto. Cual será mi sorpresa llego a casa cojo la fra. Y no había tal dto. Encima eso. La comida justita. Los hay más rumbosos en Barcelona donde se puede escoger. Y como dice el refrán "de esta vida sacarás lo que metas nada más"

Fuimos estafados al ingresar consultamos si los precios que figuraban en su página de internet eran los que eran válidos, y en la puerta nos indicaron que si, que eran esos y que los menús eran para compartir. Siendo 4 ingresamos y pedimos menú para dos. Luego de haber sido atendidos por 4 diferentes camareros a lo largo de la tarde, al momento de traer la cuenta nos cobran por 4 y ninguno se hacía cargo de que nos habían dicho otra cosa al ingresar, argumentando que para ellos el costó de los menús era claro y que era por persona. Solicitamos hablar con la persona que nos explicó los menús al ingresar y nos dijeron que estaba en su hora de descanso. No tuvieron el más mínimo reconocimiento de la confusión y solo se limitaorn a decir que ellos estaban tranquilos por que los menús para ellos estaban claros. Nosotros en todo momento pensábamos que estos menús eran para dos, y por eso no pedimos ni siquiera postre para los 4 ni café porque entendíamos que debíamos pagarlo. Se lo dijimos y tampoco lo aceptaron. De nuevo se ciñeron al hecho de que para ellos estaba claro y que ya habíamos consumido por lo que debíamos pagar.