Restaurante: La Verja

Pues a mi la joven camarera me ha parecido muy cordial y profesional. Personal servicial y muy agradable. Mucha calidad. Buen precio. El restaurante es amplio, muy agradable. Los platos que hemos pedido exquisitos: ensalada templada de pulpo y langostinos. Una carne hojaldrada y un bacalao. Un lujo. Ah! Los baños muy bien, que siempre es un valor añadido. Nos lo recomendó un amigo que fue crítico gastronómico y habrá que decirle que no han defraudado.

Fuimos a cenar ya se veía que estaba muy vacío, el trato con la joven camarera seco como sí la debieras algo, la comida por 20€ eurakos personas fatal, pequeño escaso y mal servido. Te dan la comida de todos en un plato central toda junta como sí fuera rancho. Los postres regular. Te aconsejo que ni te acerques, por la zona hay sitios fantásticos y además de buena comida son agradables.

Muy aconsejable. He tenido una comida de trabajo en la verja pudiendo disfrutar de una comida tranquila, pues las mesas se encuentran lo suficientemente separadas como para disfrutar de intimidad. La materia prima es de primera calidad, cosa que he podido confirmar al explicarme el propietario que la carne de ternera procede de una explotación propia de ganadería ecológica. Me he comido un chuletón verdaderamente espectacular, con "sabor a carne", cosa difícil de encontrar hoy día. Nos hemos sentido muy bien atendidos, sólo hemos encontrado un poco corta la carta de vinos, pero por lo demás, como decía en el encabezamiento, lo considero un restaurante muy aconsejable. Seguro que volveré tanto por trabajo como con la familia.

Restaurante aconsejable para ir con la pareja, nos encantaron el milhojas de ternera con Cabrales y las torrijas. Volveremos el mes que viene.

Servicio nefasto. Fuimos 8 personas (6 adultos y 2 niños) y pedimos el menú que se ofrecía con motivo de las jornadas micológicas que se celebraban ese fin de semana. Entramos a las 14:15, aproximadamente, y no nos sirvieron el último plato hasta casi tres horas después. No hubo el más mínimo aviso por su parte hasta que el enfado por nuestra parte era manifiesto y las disculpas se limitaron a "es que cuando las cosas se tuercen... ", por parte de uno de los camareros, ni siquiera el responsable tuvo la decencia de disculparse. Es más, clientes habituales que entraron después, terminaron bastante antes, incluso habiendo pedido a la carta. Por otro lado, la orientación del local provoca que los días de sol haya un calor insoportable, no suficientemente resuelto con los medios empleados. La comida, no obstante, correcta, aunque tuvieron el mal detalle de traer el vino excesivamente frío y ya abierto. Mantener a la clientela es importante, pero no menos que tratar de ampliarla. No me volverán a ver por allí y recomiendo que quien lea esto no lo haga. Hay otras opciones por la zona con igual o mejor calidad y mucho mejor servicio.