Descubrí la vieja ermita a través de mi hijo Jesús y la primera impresión que obtuve ya fue satisfactoria. Comedor agradable y muy acogedor. Baños cuidados y limpios. Cocina de muy buena elaboración. Carne de ternera (de zamora) excelente. Entrantes exquisitos. Variada y buena gama de vinos. Servicio de calidad. Atento, rápido y educado. Mención especial merece chema. En definitiva: restaurante que tengo como primera elección. Lo visito con frecuencia.