Restaurante: Las Huertas

Es entrar y no ver a nadie en la entrada, tener que ir por un pasillo para llegar a las mesas... Las natillas no eran caseras sino compradas de un supermercado, el baño estaba como "fuera" del restaurante, había una pequeña familia de alemanes que me acuerdo que la mujer tenía una cara de "dios mío que hacemos metidos en este antro" y cuando se le cayó el tenedor al suelo cogió el de la mesa de al lado porque cualquiera utilizaba luego ese tenedor... Lo único bueno el camarero que tenía pinta de buena persona y al menos me hizo gracia cuando decía "muy bien, perfecto". En general, horrible, olía a cuadra y para estar al lado de la catedral me pareció pésimo. Esto fue hace dos años y las críticas siguen siendo las mismas, este restaurante debería haber sido cerrado ya, porque seguro que hay otros que han cerrado y no tenían ni comparación con lo birria que es este.

Sinceramente es uno de los restaurantes menos recomendables para ir. Las razones son las siguientes:
- una cola interminable para poder coger mesa.
- una cocina bastante sucia.
- el personal no utiliza la indumentaria adecuada y presentan la ropa sucia de restos de comida.
- el patio es algo sucio con los cristales sin limpiar y con arañas y otros insectos colgando.
- cubiertos, vasos y platos con restos de comidas.
- cuando se les está acabando el "caldo gallego" lo solucionan añadiendo más agua por lo que resulta incomible.
- algún animalito como arañas o cualquier insecto volador en la comida.
- si no insistes no te ponen el pan que va incluido en el menú. En fin, una joyita de restaurante que no recomiendo ni a mi peor enemigo.