Nefasto... Ni buen servicio.. Faltaban platos a pesar d tener reserva... Mala gestión... Pésimo... Ni una disculpa a pesar de múltiples desastres
Nefasto... Ni buen servicio.. Faltaban platos a pesar d tener reserva... Mala gestión... Pésimo... Ni una disculpa a pesar de múltiples desastres
Estoy encantada con el servicio y la comida, son rápidos y buenos en su trabajo, les doy un sobresaliente.
A principios de septiembre dos matrimonios vinimos desde la republica dominicana a Madrid y desde allí fuimos directos a lleida en coche, atraídos por su famosa gastronomía de caracoles. No teníamos rerserva de mesa porque al vernir desde tan lejos no sabíamos que se necesitaba. El que nos atendió, al parecer el dueño, se comportó con nosotros como un grosero, un patán, y un déspota. Nos hablo muy mal, sin educación, casi nos echó, de allí, tampoco nos dejó ver como era el comedor con muy mal talante.. Cuando le preguntamos por otro restaurante de caracoles en la ciudad nos dijo que no sabía de ninguno!!!!! En Lleida donde hay docenas de ellos!!! Tal vez la cocina de lo cargol es muy buena, no lo pudimos saber ni lo sabremos porqueí nunca volveremos, pero de seguro que les falta un ingrediente muy importante en todas las comidas: la atención, la cortesía y el buen servicio. Al señor que nos recibió le recomendamos leer algunos librosl de cómo ganar amigos y así mismo varios manuales de cómo atender a los clientes para que vuelvan. Le hace buena falta.
Muy mal servicio. Nos hicieron pagar una cuenta de 100€ por equivocación... Después dijeron que se equivocaron, pero tampoco nos quitaron la supuesta deuda.
Fuimos de cena un sábado 26 personas para celebrar un cumpleaños y desde luego no volveremos ni a tomar un café. Nos trataron fatal. Tienen un camarero, que al parecer debe ser el encargado de todos, que fue con el que se concretó la cena y las cuestiones referentes a nuestra cena de cumpleaños, que es totalmente incompetente. Sólo llegar al restaurante fue intransigente en nuestras peticiones ( guardar los regalos en algún lugar, poner el pastel que llevábamos en la nevera... ) e incluso un video que queríamos pasar con proyector y que avisamos correspondientemente al restaurante, pretendia que no lo pasáramos. Eso sin mencionar la lista de prohibiciones que tienen escritas en la carta de menú (prohibido cambiar postre por café, o que solo se expenderá un tiquet por mesa... ) infringiendo la norma, puesto que tienen la obligación legal de entregar tiquet o factura de la cena. Puertas de emergencia bloqueadas por mesas.... Sin duda un desastre de restaurante. Intentamos que no nos arruinaran la fiesta pero por poco lo consiguen. Os desaconsejo que contratéis este restaurante para celebrar nada, os amargaran la fiesta. No tienen palabra y no cumplen lo contratado.
Al entrar parecía que habíamos acertado, pero ya el primer trato con los camareros fue desastroso. Engreídos y mal humorados, parecía que nos hacían un favor por servirnos la comida que íbamos a pagar. La comida no está mal la verdad, mediocre.
Los caracoles estaban exquisitos... El alioli corto un poco exagerado que te cobren un euro de más por pedir un poco mas.
Llegamos a las 14. 30, empezamos a comer a las 15. 45, del menú quedaban a las 14. 30 la mitad de los platos, comimos ensaladas, sopa sin caldo y spaguetti carbonara sin queso, sin bacon y absolutamente secos. Se acabaron los segundos y la propuesta para suplir (entrecotte en lugar de lomo) fue incomestible. Para acabar no quedaban postres fuera de flan o fruta... Total dos cortados fue lo único que conseguí comer. Un desastre monumental
Restaurant molt acurat, amb bona cuina, bon tracte amb el públic i amb un bon preu. Els caragols, alucinants! No deixeu d'anar, us agradrà.