Fuimos buscando un sitio para comer marisco y nos pareció que tenía muy buena pinta y además con buenas vistas al mar. Lo malo fue el servicio, más bien diría penoso. Tardaron de plato a plato unos 20 min, pero la sorpresa fue que no sólo éramos nosotros los únicos, sino que en otras tres mesas sucedía lo mismo. En una en concreto pusieron todos los postres excepto uno y trataron en traerlo un buen rato. Un restaurante con esas calidades no puede permitirse el lujo de tener un servicio tan pésimo. Desde luego que no volveré mas.