Servicio y comida lamentables. No recomendable para niños aun disponer de zona infantil. Nos hemos marchado sin tomar postres ni café. Teníamos reserva a las 13:00 y de poco a servido. No merecen ningún tipo de recomendación.
Servicio y comida lamentables. No recomendable para niños aun disponer de zona infantil. Nos hemos marchado sin tomar postres ni café. Teníamos reserva a las 13:00 y de poco a servido. No merecen ningún tipo de recomendación.
Ayer estuvimos en vuestro restaurante... Un desastre. Los de la mesa contigua se marcharon sin comer y enfadados por el tiempo de espera. Entramos a las 13:40 y salimos a las 16:10 sin cafés o de lo contrario ya nos teníamos que quedar a cenar. Lentísimos. Se justificaron con decirnos que dos camareros les habían fallado. Pero no es nuestro problema. Comida escasa, muy escasa. L'esqueixada de bacallà bien, aunque el bacalao brillava por su ausencia. El civet de senglar, aún tenían que ir a cazar el jabalí... Y la crema catalana de polvos muy buena. La caja registradora y el datófono de la visa no funcionavan. Los grifos del baño hay que tener maña para abrirlos y sin máquina ni papel ni nada para secarte las manos.
Pesimo servicio. Increhiblemente muy malo. Total despiste en camareros y cocina. Impresentables. No lo aconsejare a nadie por mi malísima experiencia el día 10/8/2016
Grato ambiente, preciosa casa y servicio muy atento. Comimos el menú y en verdad todo estaba bueno y exquisito. Nuestra hija tomó ensalada de frutos secos con vinagreta y apio y nunca había tomado una tan rica. De segundo el pulpo y para nada estaba duro como comentan otros comensales. Y el lugar es espléndido. Rodeado de viñas y con unas vistas magníficas. Nos pareció estar en la toscana o en la borgoña. Cuidenlo.
No volveré jamás porque te toman el pelo... El menú infantil 10 euros, con 3 nuggets de pollo patatas fritas congeladas y unos pocos macarrones con tomate de brick. La ensalada de tomate con bonito era un tomate a rodajas y trocitos sueltos de bonito, y valía 6,80 euros... Pedimos salmón del menú y nos dijeron que no tenían ( pues que lo quiten de la carta ) a cambio nos trajeron calamares y patatas fritas ambos congelados. El pulpo te ponen una pata sin cortar más dura que un tronco de madera. Y los postres... Helados de tarrina grasientos, nada casero y tanto que dicen que tienen huerta no te ofrecen ni ensalada, sólo cocas con berenjena y pimientos que están buenas, pero francamente, para llenar el estómago. A la hora de pagar desaparecieron todos los camareros... Estábamos varias mesas por dentro buscándolos y nos tuvimos que meter en la cocina para pedirles que salieran ya. Cuando te traen la cuenta pagas casi a ciegas porque no se entiende nada, ni ellos la entienden. Lo único positivo es que el sitio es chulísimo y lo tienen con muchos detalles, pero vamos, que la comida es de chiringuito de playa cutre. Bájense los humos y a ver si espabilan
Peor imposible, como en otros comentarios, crema catalana como cemento, pulpo a la brasa no se puede ni cortar con el cuchillo y mucho menos comerlo, crujiente de queso (tortita tipo mejicana del carrefour, queso puesto encima y 4 pipas, pero no han tenido ni el detalle de calentarlo) sorbete de moras con pasas en aguardiente, no las he visto.. No volveremos jamas. Es más, no hemos quejado y la propietaria angelines ni se ha dignado a salir de la cocina y para disculparse.
Solemos ir cada año, pero este sera el último, ya que han bajado algo el precio, pero los platos los han dejado raquiticos, todos los platos no llegan ni a un mínimo, no lo aconsejo, incluso he oido una conversación en otra mesa que le han dicho al propietario que como sigua así tendra que cerrar, lastima
Luigar ideal para concurrir con la familia, especialmente con niños- trato familiar y un servicio correcto
La comida malísima, recalentada por lo menos dos veces, "encenalls de agla" son toda clase de embutidos y unos tacos de jamón duro, las sobras del jamón. Cuando te quejas la cocinera dice que "eso es lo que hay" y punto. El entrecot a la farigola es carne de burro cuanto menos. Ni tirándolo al suelo se ablanda!!! La ensalada con dos litros de aceite de conserva. De lejos el peor restaurante en el que he estado. Y caro no, carísimo! Ya no nos hemos atrevido ni con postres ni cafés.
He comido varias veces en masía sagués y es un sitio donde nos gusta ir con frecuencia, solemos ir con amigos y familia. La comida y en especial la calçotada está muy bien. Me parece un lugar estupendo, siempre volvemos, la comida, el servicio, el lugar y su entorno son de primera. Muy recomendable.
De calçotadas no tienen ni idea, la salsa ningún sabor, totalmente líquida. La carne de cordero: escasa y fría. La alcachofa brilló por su ausencia. La patata asada... Sin comentarios la crema catalana parecía cemento con algo de sabor a crema. Como pueden tener la poca vergüenza de cobrar 33 euros por semejante bazofia. Calçotada realizada el domingo 27 de febrero de 2011
He ido varias veces a comer a masía sagues y siempre disfruto muchísimo de sus fantásticas calçotadas y de todos sus platos. Es un restaurante donde nos gusta ir con amigos y con la familia ya que la relación calidad-precio es inmejorable, por lo tanto os lo recomiendo a todos los que os gusten las calçotadas bien hechas y de calidad. Muy atentos y buen servicio.
Fuimos a visitar el monasterio de poblet y fuimos a comer a este restaurante por casualidad. Nunca habíamos probado los calçots y nos gustaron mucho. El trato fue muy familiar y el entorno es muy agradable con la ventaja de que hay un espacio para los niños.
Lugar y entorno agradables, trato correcto y carta poco extensa aunque suficiente. La comida algo justa en cantidad, está bien presentada y merece un bien pero hay que repasar la cuenta. Por tener una presentación algo complicada de interpretar y no terminar de repasarla totalmente, al llegar a casa observé lo siguiente: - un plato de más - dos platos que encontré algo caros respecto del resto (no estaban en la carta) - aún pidiendo un vino de la carta, cuyo precio no era bajo, me cobraron además el vino de la casa que ni pedí ni me sirvieron. - dos de los cafés estaban a coste cero. Creo que he pagado unos 18€ de más. *quiero ceer que no hubo mala fé pero en vista de como repasaban otros clientes la nota, debe ser habitual encontrar errores. P.D: si la dirección del establecimiento lee ésta opinión, puede ver la factura de caja 4189-a de 2-4-2010.
Totalmente de acuerdo. La cuenta es muy difícil de interpretar. Al llegar a casa nos dimos cuenta que por dos butifarras con patatas fritas para las niñas nos habían cobrado más de 18 euros. - las raciones son escasas, unas patatas con roquefort se convirtieron en 1 patata con roquefort. - en los platos más atrevidos (como el aguacate a la brasa con salsa romesco o el requeson con mermelada de naranja) los sabores no terminan de encajar. - el sitio es bonito y el servicio amable.
Muy decepcionados, nosotros no volveremos. Te engañan, los precios de la comida son razonables, pero luego al pedir la cuenta es para alucinar: casi 6 euros de pan (eramos dos adultos y dos niños pequeños), había lo justo. Además 3 euros de una botella de agua, y casi 3 euros de una botella pequeña de gaseosa. Total que la cuenta se disparó por algo tan simple como el agua y el pan. Con estos precios tendrían que tener un apartado en la carta que lo informaran. Nosotros a esto, lo llamamos aprovecharse y no creo que estén los tiempos para esto. Lo dicho, no volvemos.
Conocimos de casualidad este restaurante visitando el Monasterio de Poblet, una masía preciosa , comimos en el porche muy bien decorado , nos atendieron muy bien y comimos mejor. Repetimos en la cena del día siguiente y salimos igual de satisfechos. El dueño de la masia es un señor encantador con el que estuvimos charlando un buen rato.