Restaurante: McDonald's

Buena ubicación y calidad. Fui sola a cenar, el día 3 de agosto ultima noche de mis vacaciones. Un chico moreno muy agradable me recogió la bandeja y no paraba de hacer cosas todo el tiempo.

Fui a cenar sola el sábado 3 de agosto de 2013, mi último día de vacaciones allí, después de diez dias. Los trabajadores muy agradables y muy trabajadores, ya que no paraban ni un momento. Enamorada me quede de un trabajador del mc donald´s del puerto de la cruz... Un chico morenazo guapisimo!!! :d

El dia, 12, del mes de agosto, fuimos mis padres, y mi primo, al lago, cuando nos fuimos, decidi, invitarles a un helado, y fuimos al macdonald's cuando entramos, nos dijo una de las empleadas, que si, no nos poníamos la camisa, mi primo y yo, no podían atendernos, pues salimos, nos las pusimos, y cuando entre, cual fue mi sorpresa, que había gente sin camisa, y es mas, mi madre nos dijo, que no fueramos después de lo de la camisa, pero lo entendíamos, por eso entramos de nuevo, y, hubiera, preferido hacerle caso, porque cuando pedi, dos mcflurys de oreo, nos costó, unos. 5,20, y yo entrege, un billete, de 20 euros, la chica, que nos atendió, me dijo, espera, que no tengo cambio, fue atras, trajo dos billetes de diez, y nos hicimos para un lado, para que los demás pasen como hay que hacerlo, y la chica, va y viene con el dinero, pero cual fue mi otra sorpresa, que guardo el dinero, en la caja registradoraz, y no nos dio, los 10 euros, cuando nos trajeron los helados, esperamos allí un ratito, haber si se daba cuenta, pero termino, con los clientes y se fue para detrás, es increíble, si eso pasa con más gente, normal, que muxas veces tenga dos o tres personas, porque eso, por mi parte es despiste, o robo... Haber si tienen más cuidado!!!!

Atención en este restaurante las personas celiacas no somos bienvenidas, somos marginadas y tendremos que dar muchas explicaciones de por qué queremos un cono de helado en un vaso y no con la galleta ¡hasta cuando durará esto! Además al pedir la hoja de reclamación la encargada me convenció de tal manera para que no la rellenara que salí muy indignada, y por supuesto que nunca volveré por allí. Hoy me he sentido rara, simplemente por apetecerme un maldito helado.