opiniones sobre el Restaurante Mesón el Cid

La comida mal, el churrasco pasado, solomillo como la suela de los zapatos, el vino de valdelaguna con casera ympor 9 euros un timo. Pero lo peor, y ya van dos veces, es la visita del museo que después de que el servicio de restaurante tarda mucho la empleada del museo esta loca por que te vayas. El sitio ha perdido mucho y no lo recomiendo en absoluto. Una pena porque la primera vez que fui merecia la pena.

Es la tercera vez que voy y ha perdido mucho en cantidad de comida, calidad y atención. 35 minutos esperando la cuenta. Llevaba amigos para que vieran el museo y en media hora no les ha dado tiempo a ver nada. He salido muy enfadado y no creo que vuelva y menos aun recomendárselo a nadie

Me gustó la zona, atención, comida e instalaciones. En pocas palabras lo recomiendo si quieren pasar un día agradable con una buena comida.

Hola! Nosotros fuimos animados por las buenas opiniónes y fue un desasrre el museo que tienen está bien, lo tienen al lado del restaurante y tiene zona para aparcar pero la comida no tiene esa calidad en absoluto. Mi marido pidió de primero paella, que digo que de las peores que había probado, se veía a la legua que estaba pasada y de segundo costillas, pues la carne la dejó en el plato, pero es que la probé y estaba correosa, calidad malísima. Lo único que nos gustó fue un plato de alubias blanca que pedí yo que estaba pasable, y luego encima no es barato, hubiéramos comido mejor y más barato en mil sitios. Asi que si lo se me vuelvo a casa después del museo

Recomendable al cien por cien. Buena comida, excelente atención en una ubicación fantástica. Recomiendo visitar el museo. Muy interesante. Volveré

Un sitio muy recomendable, tanto por la comida como por el servicio. Fuimos un día entre semana que había gente, pero menos que el fin de semana, con un cupon de subastas de ocio que no pudimos ni terminar por la cantidad y todo exquisito. Y el museo espectacular y digno de ver.

Estuve comiendo con la familia un sábado y he de decir que fui para ver el museo y ya comer allí. El museo es muy recomendable. La comida, de batalla, no hay gran cosa que merezca la pena. El servicio deja que desear, mucho ruido en el salon. Ademas nos pusieron en una mesa junto a la cocina y la dueña, sentada en la caja y dando ordenes a gritos. Vivo retrato del sr. Cangrejo de bob esponja. Patetica. No merece la pena.

El servicio fue excelente y correcto, el sitio está bien ubicado y posee parking propio para los clientes. Está claro que dominan el tema de las carnes pero ni si quiera nos preguntaron el punto de cocción de la carne y me pareció un poco elevado para la cantidad de comida ofrecida. La ambientación muy recargada y la iluminación no era de otro mundo, también es cierto que el día no acompañaba. Posee chimenea para el invierno y en verano terraza con piscina. Muy positivo decir que con la comida había una visita al museo propio que tienen y fue bastante agradable

Una buena opción siempre que reserves. Cerquita de Madrid, con parking enfrente del restaurante y unos buenos jardines. El trato y la comida, cordial y familiar, con una buena carta y menús de fin de semana, lo que agradece el bolsillo. Como sobremesa, la visita al museo (particular) de la batalla del jarama, una exposición amplia de un episodio poco conocido, no solo de la guerra civil, sino de la postguerra. Muchas fotos y artefactos de trichera, armas, mapas, etc, de un bando y de otro. Puede parecer partidista, pero creo que objetivamente refleja vienes y males de ambos lados.

Menú degustación de smartbox; entrantes, dos croquetas, dos queso laminado malo, un trozo de chistorra, dos trocitos de morcilla y por supuesto dos anillas de potas que debe de ser la especialidad de la casa pues lo ponen malísimo. De segundo una fritura de pescado que se compone de una bacaladilla un trozo de merluza se supone y tres boquerones mal fritos y aceitoso. Me produjo mucha sorpresa ver tanta gente opinando bien de este restaurante tan malo para mi el peor de mi vida y relación calidad precio más caro que el asador donostiarra de Madrid o casa juan bueno a años luz.. Malo malo malo malo

Fuimos en familia con un pak de la vida es bella, tienen un salón inmenso y muy acogedor con chimenea, el personal muy amables y atentos a pesar de toda la gente que había. La comida buenisima, cocina mediterránea y casera, calidad precio bastante bien. Lo recomiendo, volveremos a ir.

Fuimos con una caja de la vida es bella, sin haber reservado, ya que fue un poco improvisado. No hubo problema por ser un día entre semana, aunque por lo que escuchamos y vimos, los fines de semana se llena hasta arriba. Nosotros estuvimos muy a gusto. Comimos estupendamente. La atención y el trato de primera. La chimenea encendida nos dió la vida, con el frío que traíamos. De primero pedimos la ensalada templada, con rulo de queso de cabra bastante contundente y mucho pollo y bacon, con un aliño muy sabroso. Los solomillos de segundo muy ricos también. Con eso quedamos más que satisfechos, ¡no llegamos ni al postre! Para la gente que vaya de por libre, vimos que tenían menú del día, con muy buena pinta también. Se puede visitar un museo que tienen. Las únicas pegas que pondría, son que de primeras no encontrábamos la puerta, fuimos en dirección que señalaba el cartel de "comedor" pero no era por allí. Por otro lado, no llevábamos gps, tiramos del del móvil y nos costó un poquillo encontrar el mesón, pero por lo demás, todo muy correcto. Si volvemos a pasar por allí, volveremos.

El mesón está muy antiguo, con aspecto de sucio. La comida muy muy corriente y ademas ya no quedaban muchos de los platos de la carta. Fuimos a comer cordero pero ya no había ni tampoco cochinillo, opté por merluza me dijeron que era fresca, la pedí a la plancha para poder apreciar bien el pescado, pero no me hizo falta ni probarla, aspecto requemado y en la boca seca como suela de zapato y sin sabor alguno. El servicio malo y lento, muy pocos camareros, media hora larga para empezar a comer y cada plato a distinto tiempo. Íbamos séis personas, con reserva y nos colocaron en un sitio para cuatro. El salón es enorme y destartalado, fuimos un domingo y estaba lleno, el griterío que se formó con la gente hablando en voz muy alta era de lo más molesto. El precio para lo que allí se nos dio fue muy elevado, siempre se ve caro lo que no satisface. ! No volveré!

Pues nuestra experiencia no ha sido muy positiva. Llegamos y según llegamos nos dijeron que había una boda ( mientras me atiendan bien pues a mi no me importa ). Empezamos con la bebida, nos trajeron todo menos una coca-cola ( tras pedirlo en 3 ocasiones nos la trajeron pasada más de media hora ). Los entrantes correctos sin más. Y llegamos a los segundos. Eramos 8 personas, una de ellas pidió solomillo de venado y otra salmón. Vienen a los 5 minutos y nos dicen que no hay ni salmón ni solomillo de venado...... Pedimos la gran mayoría solomillo de ternera, una de las personas del grupo pidió que el solomillo estuviese pasado. Nos trajeron a todos los platos y empezamos a comer, menos la del solomillo 'pasado' que tardaron en traer 20 minutos más trades, cuando habíamos terminado el resto del grupo ( lamentable ). En cuanto llegaron los postres, otra vez nos traen la carta, pedimos los postres y volvemos otra vez a lo mismo, tras pedir, nos ccuentan ahora que no hay tarta de manzana ni tarta de fresa ( ufffff!!!! Pues vamos apañados ), traenos lo que sea y la cuenta que nos vamos ya mismo. Salimos por 30 euros por persona y sinceramente, de una nota de 1 a 10, le damos un 4,5 - y si acaso un 5 raspado. Ahhh!!!! Por cierto, en los platos de carne, venían patatas fritas.... Os aseguro que se podían contar con los dedos de una mano, en un plato contamos 4, y el que más tenía eran 7 miserables patatas fritas. Sobre esto último, comentar que les pedimos un plato de patatas fritas aparte, cosa que no nos llegó a la mesa en ningún momento. Total, un poco desastroso. Por supuesto, no dejamos ni propina ni nada.

Muy buena la olla gitana y los entrantes que nos pusieron. Supieron responder con mucha profesionalidad a un problema que surgió con la reserva y todo salió a la perfección. Muy recomendable su museo etnológico y de la guerra del jarama creado por goyo salcedo en el mesón. Un día formidable

El restaurante es maravilloso, se come fenomenal y a muy buen precio. Las instalaciones son impresionantes y el entorno le hace un lugar perfecto para pasar el día. No se puede dejar de visitar el apasionante museo que posee el restaurante, se conservan restos impresionantes de la guerra civil, es sin duda uno de los mejores museos de España para conocer la historia más próxima para los que no la vivimos. No se puede dejar de visitar es una auténtica joya.

La comida es estupenda y el trato muy agradable. El cordero está de muerte. También nos han gustado muchísimo los huevos rotos. Muchas gracias por todo.

Por cierto os recomiendo el sitio, ante todo porque te pierdes en el campo y dices ¿qué puede haber aquí? Pues mira: un buen servicio con muy buena comida, un trato agradable, un mimo al cliente... De entrantes: media tabla de ibéricos (buenísimo) morcillita de arroz y chistorra (que decir lo rico que sabe en el medio del campo!!! ) y una ensalada templada: con queso, pollo crujiente y bacon... Canónigos, rúcula y tomates cherry (ideal!!! ) y de primer plato: corderito asado... Tierno tierno (buenísimo, y es la sugerencia de la casa) una botellita de vino blanco... Pan... Agua... Postre: mi marido pidió tarta de limón y yo tarta de cuajada (me voy a aficionar a esa tarta!!!! ) todo porque quería ver un poco de historia y mi marido ha tenido una deferencia en el día de mi santo (hacer una escapadita) allí fue parte de la batalla del jarama y tienen un museo de la guerra civil (de los dos bandos en donde dice hechos no si uno u otro tenía razón) y etnográfico: donde ves cosas tan curiosas como un colegio tal como era en la guerra, el traje de novia de las mujeres (negro... Por los lutos de siete años), una mesa de juegos y un piano con candelabros... Fotografías incluso de chicote... Siegas, azadones, prensas de vino y aceite... Una especie de acumulación de utensilios y documentación llena de recuerdos... Me ha gustado mucho y que decir que estoy pensando ir con más gente... Además tienen una piscina (se paga aparte) bastante grande... Y como digo te tratan muy bien

Se come muy bien y el precio es muy bueno. Hay muchas opciones y una carta muy variada. Os recomiendo la olla los revueltos de temporada y el cordero asado. Como broche el postre del cid que consiste en una degustación de tartas y puding casero. No dejéis de visitar los dos museos uno etnologico y otro de la batalla del jamara.

En un entorno precioso que conjuga excelente comida con plena naturaleza unido a los recuerdos de sus dos museos, junto a la cercanía de Madrid, hacen que se regrese una y otra vez. La atención amable, rápida y cercana se une a una cocina excelente, bien servida y en su punto. En cuanto al museo etnográfico, decir que es un maravilloso recuerdo de la vida de nuestros tatarabuelos y bisabuelos, recreada con muchísima delicadeza y rigor. En cuanto al museo de la guerra civil, sencillamente un extraordinario trabajo de Goyo, Jesús Gonzlález de Miguel y muchos otros, hacen que se mantenga un perfecto equilibrio evitándose las discordias, y donde la paz y honra a los que cayeron defendiendo sus ideales sin importar de que lado estaban. Para que las generaciones venideras recuerden un episodio de nuestra historia que nunca más debería repetirse. Un saludo