Este restaurante puede ser pasable para mucha gente pero en lineas generales hemos estado incómodos en él y creo que el precio del menú no está de acuerdo a la comida recibida. El primer plato he de reconocer que no estaba mal pese a los baratos ingredientes utilizados, típica bolsa congelada de menestra etc... Y el segundo bastante malo, un entrecot de 4mm de espesor con poco o nada sabor y contenido. De postre un flan insulso al que tienen que añadir caramelo líquido para alegrarlo un poco. Pero lo que menos nos gustó fueron las maneras, nos metieron prisa para entrar en el local y ubicarnos porque nos dijeron que se iba a llenar hasta los topes en 5minutos... Fuimos 4 gatos en hora y media que estuvimos, por la misma razón nos debieron de meter a 8 más un niño de 3 años en una mesa de 6. Tampoco la temperatura acompañaba, tenían una chimenea en el salón pero de adorno, no así la otra que tenía en la zona de la barra donde había menos gente, esa sí estaba encendida, fuera nevaba y pensábamos que dentro de este sitio íbamos a calentarnos pero no... Comiendo quietos pasamos frio. La atención personal he de reconocer que no fue mala, pero sí estuvimos desatendidos en comodidades que se nos podrían haber dado con facilidad, no solo a nosotros sino al resto de gente que estábamos allí. Un detalle feo fue el pedir dos menús infantiles de 10€ cada uno que luego a la hora de pedir la cuenta suvieron a 12,5 porque habían puesto un poco más comida de lo habitual porque así lo habían estimado oportuno. En lineas generales mala impresión, poco dinero invertido en calidad e ingredientes para el precio del menú (20€)