Restaurante: Mesón la Mota

Relación calidad-precio muy mala, muy mal servicio y todo muy caro. El menú 12 euros, de una cálidad pésima

De vergüenza, engañan sabiendo que es una zona d paso y que no volveras, si tuvieras más tiempo es d denuncia, la calidad y sabor de la comida bajisimo para el precio que se paga, t cobran todo a parte, jarra vino 8. 5 € que el d carton esta más bueno, pan 1.20€ postres 5. 50€, el menú más barato 12 € sin incluir nada, la comida asquerosa, no pudimos comenzar ningun plato,

Absolutamente vergonzoso. Servicio pésimo. De lo que llegas, te sientas y toman nota, media hora. En servirte el primer plato, otra media hora larga. En lo que terminas el primer plato y te sirven el segundo, has terminado tu proceso digestivo. El descontento general se palpa en el ambiente. Pedimos revuelto de setas y gambas que en realidad era huevos revueltos con una gamba, una seta y tierra. La cantidad insuficiente y un precio demasiado elevado en proporción. Con el segundo plato no fue mejor. El entrecot era una pieza de tamaño reducido y con muchísima grasa, lo cual dejaba en nada lo que puedes aprovechar de ella. Precio total, por dos horas de espera interminable, por un menú que se considera intermedio dentro de su oferta, 40€. Pues eso, de vergüenza.

No recomiendo a nadie, ni a mi peor enemigo este restaurante, el menú de 12 euros una verdadera porquería tanto en calidad como en cantidad, nos dieron unos guisantes con jamón que parecía una sopa de guisantes con jamón rancio el segundo plato trozos de cordero que eran todo grasa y huesos con salsa de tomate, ya no tomamos el postre por que después de la comida no confiaba como seria el postre a los niños como no les gustaba el menú les pedimos dos chuletas ( más valiera no pedirlas) eran dos chuletas de ternera con cuatro patatas y nos cobraron por cada una 22 euros, cuando vimos la cuenta pensamos que se habían equivocado y fuimos a reclamar por que nos parece un abuso que te cobren por dos chuletas no grandes que eran para 2 niños y cuatro patatas fritas 44 euros, salimos de allí lamentando haber parado en ese sitio donde te timan, ademas en la carta no ponía el precio de las chuletas, creo que por 68 euros se pude comer mucho pero que mucho mejor en otro sitio. Para mi gusto es lamentable que se pueda pensar que por que se pida un menú te den de comer cualquier cosa como si los clientes fuéramos tontos o que no sabemos distinguir una comida decente de otra que o lo es, los restaurantes tienen que empezar a tomar conciencia de que los clientes sabemos lo que queremos, y nosotros como clientes debemos de empezar a denunciar todos los abusos, para que aprendan a valorarnos. Se me olvidaba comentar que el trato nada cordial.

Es un buen restaurante para comidas y sobremesas, digamos "largas" por los tiempos de espera entre las diversas actividades que comprenden la liturgia del proceso desde que el comensal se sienta en la mesa, hasta que sale por la puerta. El lugar está bien, pero no es aconsejable sentarse hacia el fondo dada la tendencia de la cocina a "ahumar" a los clientes (afortunados de vosotros los que os sentéis junto a las ventanas!!! ). El precio es caro para la calidad de los alimentos (el lenguado??? Parece recién sacado del rio bajoz) y las patatas panaderas son frescas (del tiempo que hace que no las sacan del congelador). El servicio te hace sentir como en el cielo (en el que el tiempo, no pasa... ). Algo más de personal ayudaría a paliar la situación. El puding casero está bueno, hay que reconocerlo; y el pan, cuando hay suficiente, también. En definitiva, un lugar con cierto encanto por su persistente "niebla" que lo dota de un halo de cierto misticismo. No entiendo como la sexta todavía no ha enviado a chicote por aquí: esto es un mina!!!