Desmerece la visita a mérida. Todo fatal. El servicio muy lento y la comida de risa... Plato de "ibéricos" triste, las pocas lonchas retorcidas y oreadas, las migas frías, secas y también oreadas, calamares de bolsa duros como hecho con prisas y con el poco rabo de toro que pude despegar del hueso me pude hacer un montadito. Sitios así deberían ser sancionados porque que se cargan el turismo de la ciudad.