Nos sentamos a las 13:30 y nos levantamos a las 16:30. Nosotros y muchas otras mesas... Todo esto sin sobremesa. 45 minutos esperando el primero, hora y media entre el primero y el segundo, eso sí, postre, café y cuenta todo a un tiempo (a la mesa de al lado le llegó el café antes que el postre). El servicio caótico, los platos mal acabados (migas secas y cordero sofocado) quizá por una organización tan mala, con excusas que no puedo creer máxime siendo cocinero... El vino de la casa y el aceite eran realmente buenos, ha sido lo que nos ha entretenido durante las horas de espera, pan, aceite y vino...