Restaurante: Miquel

Yo era cliente habitual, además desde muy joven (21 años), pocos jóvenes van a restaurantes de 60 euros el cubierto la verdad. Pero la paella, el buen vino, buen postre, buenos mariscos nos hacían ir. Hasta que un día, con reserva, llegando puntual a la hora que tenía asignada, mi mesa la habían dado a otro, de tal manera que no teníamos mesa. El camarero que ya nos conocía, no paraba de pedir disculpas, que no entendía porqué la dirección hacía esas mamarrachadas. Es decir, la dirección o responsable de sala decidió por hacer caja ese día no atender a las reservas, y aprovechar el tirón del día, dando mesa a todo aquél que llegaba sin atender las reservas. Estuvimos más de una hora esperando, para luego empezar a comer dos horas más tarde. No tuvieron la delicadeza de invitarnos ni al café, infusión, ni nada. Tuve que exigirlo. Por supuesto, nunca más he vuelto en mi vida y en todo cambrils he explicado esta anécdota. Haciendo cálculos, cada año me dejaba unos 1920 euros en ese restaurante, multipliquen una persona joven, por cada año que pasa... En diez años son unos 20. 000 euros... En fin, que el restaurante por llenarse la tripa un día, pierden un cliente fiel y joven.... Viva la inteligencia personificada de quién lleva la sala. Nunca más volveré. Un restaurante la clave es la clientela habitual, si no la tratas bien, ni la respetas, son los que te mantienen el negocio abierto. Y más si quieres tener futuro... Adiós miquel, hasta nunca.

Fuimos a comer mi abuela y yo y la verdad es que fue de lo más agradable. El servicio fue muy atento, el ambiente muy tranquilo y relajante y la comida inmejorable. Personalmente os recomiendo el arroz con llamantol, una auténtica delicia y la ensalada de gambas... Es perfecta para un entrante. Una muy buena carta de vinos para acompañar la cena y para el que quiera darse un último capricho con los postres les recomiendo la tarta de manzana. La verdad es que espero volver en otra ocasión.

Molt bo tot el que vam menjar, he anat dos vegades i realment es un dels millors arrossos que he menjat mai... Molt bona situacio amb vistes al mar... Bona atenció... El recomano

Vergonzoso. Nunca en mi vida me he levantado sin comer de un restaurante, pero lo hice de éste y debería haber pedido la hoja de reclamaciones, pero la situación fue tan vergonzosa y la hora apremiaba, por lo que salimos por patas. Eran las dos y media cuando llegamos y la dueña nos dijo que deberíamos esperar 15 minutos. Fue pasando el tiempo y no nos tocaba nunca. Finalmente a las tres y media nos dijeron que nos sentáramos en una mesa sucia, sucia que daba asco. 5 mesas más que se habrían sentado media hora antes, esperaban que les pusieran los cubiertos, y se quejaban. Me quejé y vinieron a quitarme dos tazas y dejaron allí el resto. Al volver a quejarme, ya habiendo ladeado la silla porque daba asco, quitaron una copa!!! Y se fueron... Eso sí, dejando las cartas encima de los restos de comida que quedaban en el mantel. A las cuatro, indignadas, nos levantamos y nos fuimos... Mientras los demás clientes decían: quina vergonya de servei. Si, una vergüenza. Por suerte, acudimos a un restaurante que conocemos y tuvieron la amabilidad de aun siendo pasadas las 4 servirnos, e incluso hacernos una paella. Muy señores míos, si no quieren gastar en personal, no abran, si no saben servir, dedíquense a otra cosa. Es bochornoso que sólo una chica sirviera en el comedor y un hombre con mal humor en la terraza (donde por cierto también se quejó otra mesa y comentaban los chicos que jamás habían vivido, ni un aperitivo, cuando llevaban más de 20 minutos esperando).