Restaurante: O'caranguexo

Pretenden ser un "quiero y no puedo", pedimos pulpo a la gallega y era recalentado de microondas(malísimo),unos camarore que estaban buenísimos, pero muy escasos, y lenguado muy bueno, pero lo sirvieron sin ensalada, a palo seco. En cuanto a detalles, el mantel estaba complamente desgastado y en algún sitio roto, las servilletas de pésima calida que no limpiaban nada, al contrario, te embadurnaban más. En relación calida precio resultó carísimo. Tan fama no se la merece, conozco desde pequeña este bar-restaurante, antiguamente, tasca de pescadores y te tomabas el vinito bajo la parrita con unos pescaditos,un pulpo y unos calamares, no había más, pero era lo que era y todo estaba riquísimo, pero el negocio cambió y pasó a ser lo que yo digo,un quiero y no purdo.

El lugar donde está ubicado es estupendo, en pleno muelle de domaio con su balconcito y la playa al lado, nos sentamos en una terracita muy acogedora debajo de una bonita parra, el susto nos lo llevamos con la carta y sus precios... No tenían unos precios muy normales y razonables, a nuestro parecer.. Y después nos arrepentimos bastante de sentarnos. En restaurantes de lujo (aunque no lo parezca realmente). Lo primero que deberían de hacer es poner la lista de precios fuera, a la vista. Creo que se exceden demasiado, no creo que vuelva porque por el precio de unas croquetas, unas navajas, un agua, pan y dos cafés, comeríamos una mariscada, (casi 30€ pagamos). Pena porque prometía pero no hay por donde cogerlo con esos precios.

Muy profesionales y todo de una calidad excelente. Intuyo que gran parte de las opiniones son de la competencia, no se entiende si no semejante ensañamiento

Lo hemos encontrado por casualidad y es una lastima que haya sido el último día de nuestra estancia en las rías, nos han atendido magníficamente tanto el propietario sr. Piñeiro como la srta. Vanesa que nos ha atendido, la cena ha sido de una alta calidad gastronómica siempre aconsejados por el propietario y con un precio justo dado el producto que hemos podido degustar, el lugar es muy romántico con unas vistas de la ría de Vigo paradisiacas, lo recomendamos sin lugar a dudas

Simplemente no nos dieron oportunidad de comer, ya que al estar sentados nos preguntaron si teníamos reserva y al decirles que no pero nos apetecía tomar algo nos dijeron que era un restaurante no un bar de tapas. Nos echaron con esa explicación, una pena que se trate así a un cliente potencial.