Pues yo he ido en tres ocasiones y he salido en las tres muy disgustada. No me ha gustado el trato, tardaban una barbaridad entre plato y plato, solo nos pusieron una copa para todas las bebidas, en fin de año iban tan lentos sirviendo la cena que tuvimos que tomarnos las uvas antes de que sirvieran la carne. El trato del dueño a sus camareros me parece patético, un jefe nunca debe levantarle la voz a sus empleados delante del público, si lo ha hecho mal que se lo diga a parte pero que no averguenze al personal delante de todo un salón. Fallos los tenemos todos y porque caiga una poca salsa por encima de una camisa, no es para ponerse como un loco, se pide perdón y en paz, no creo que el camarero quisiera tirarte la salsa por encima. Yo no vuelvo, para gustos están los colores y este restaurante para mi tiene mucho que desear.