Buenos días, el pasado 7 de agosto de 2014 nos acercamos a celebrar un aniversario en este restaurante, al que habíamos ido en varias ocasiones. El día anterior reservamos la mesa. Pues bien, con dos niñas pequeñas, una de un año, le indicamos al encargado que si nos podría cambiar de mesa, toda vez estábamos en plena corriente de aire, para evitar a las niñas una comida en la que se pudieran acatarrar. El señor de forma muy maleducada nos indicó, que no había más mesas disponibles, y que es lo que había. Entonces le indicamos que por favor cerrara la gran puerta para evitar la corriente, y nos indique que no podía hacerlo, porque otros clientes querían tenerla abierta, y que si no nos gustaba esa mesa nos invitaba a irnos, y que era su casa, y es lo que había. Yo me quedé alucinado, por su actitud, y su forma de tratarnos. Es un buen sitio en cuanto a cocina, pero desde luego el dueño es un impresentable, y maleducado, que nos echó de su restaurante despidiéndonos diciendo que había 3 restaurantes más en la zona, que fuéramos a esos y no al suyo. Nos dejó sin comer, a las 15 horas, y buscando un restaurante para que las niñas a cuestas. Jamás en la vida volveremos a ese sitio, y os pongo sobreaviso, no se si el señor tendría un mal día, pero está cara al público, y si eso lo hace un camarero le ponen de patitas en la calle. Mal trato al cliente.