Restaurante: Palacio de Añana

Nos ofertaron un menú para grupo con opción de lenguado para segundo plato. Nos dieron lenguadinas en vez de lenguado y cuando se lo hicimos notar, balones fuera, luego lo hablamos etc. Y hasta hoy. Por si alguien no conoce las lenguadinas, es un pescado muy corriente y barato, con un cierto parecido al gallo pero más plano y con menos carne. Nada que ver con el lenguado en calidad y precio.

Hemos comido en este restaurante antes de visitar las salinas. El trato exquisito, la comida excepcional y el precio menor de lo que nos esperábamos. Todo perfecto a pesar de haber reabierto hace un mes. Muchas gracias, volveremos seguro!!!

Repito prácticamente lo expuesto en otro foro. Aprovecho para decir que el entorno y la visita al añana gesaltza/valle salado merece la pena visitarlo y escuchar a las guías. En cuanto al restaurante: vergonzoso y poco profesional. Después de encargar para ocho personas y elegir el menú salinero (con alubia pinta alavesa) siguiendo las recomendaciones del propio establecimiento, nos presentamos a la hora y tuvimos que esperar 30 minutos para que nos atendiesen. En el momento de servirnos las alubias: sorpresa!. Eran garbanzos y por supuesto sin los sacramentos. La explicación fue que: no habían hecho alubias sino garbanzos. Eran las 15,30 y a pesar de ello estuvimos pensando en marcharnos pero fuimos más razonables que ellos y seguimos en la mesa por no montar un espectáculo. Así que resumiendo: bochornoso, inaudito ni pidieron disculpas, ni siquiera han llamado después para hacerlo sabiendo nuestro malestar que se lo trasladamos a la persona que nos sirvió la mesa. Nada recomendable

Estuvimos ayer. Dos adultos y dos niños de 13 y 16 años. Tardaron media hora en traernos el primer entrante, foie micuit. No era foie micuit; eran dos trocitos de mousse de pato, normalito, eso sí, a precio de micuit, 13 euros. Vergonzoso. No sé si me molesta más que me roben o que me tomen por tonta. Media hora más tarde los otros dos entrantes; un bric de txangurro, bastante seco y dos prochetas con dos langostinos cada una, envueltos en una tira de bacon. Muy escaso. Media horita después, los segundos. El entrecot, bien. El rabo, bien; muy buena ración. El bacalao escaso; mucho mejor un buen lomo, en el que se aprecia de verdad la buena cocina, que la colita y el lomito pequeño que trajeron. Mi secreto ibérico con salsa de futos rojos, rico, aunque demasíada salsa para mi gusto. Los postres, bien. Tenía muchas ganas de ir, pero el "detallito" del micuit, ha hecho que no repita.

Cuento mi experiencia que fue estupenda. Estuvimos comiendo el día 12 de octubre y resultó todo extraordinario. Nos enteramos de que lo habían inaugurado en abril 2013 y lo ponían muy bien, así que nos animamos a reservar para ir a comer y no nos defraudó, al reves, superó nuestras expectativas. El sitio precioso con unas bonitas vistas a las salinas. El antiguo palacio rehabilitado y decorado con un gusto exquisito. El personal inmejorable con un servicio muy atento, agradable y rápido (a pesar de estar el restaurante lleno). Elegimos el menú degustación y fue un acierto, estaba todo excelente y con el puntito de esa sal de añana. Que contribuía a hacerlo, si cabe, aún más delicioso. Sitio para repetir y recomendar a los que todavía no lo hayan probado. .