No conocíamos este restaurante y fuimos especialmente desde murcia con unos amigos que nos hablaban maravillas de este lugar. La verdad que no nos defraudó en absoluto. Se nota que es un restaurante familiar porque nos atendieron los dueños. Mientras esperábamos las pizzas y los canelones, vimos cómo cocinaban las pizzas en el horno de leña. La verdad que nos encantó todo, los postres también muy ricos aunque recomendaría que si os gusta lo dulce, no pidáis demasiado, pues las pizzas, aunque finas, llenan mucho. Creo que volveremos