Restaurante: Portuondo Erretegia

Ayer día 29 de agosto después de cenar allí nos tomamos dos gin tonic y una infusión a las 22 horas. Nos atendió un camarero que nos preparo unos gin tonic buenísimos. Nos sentamos en la terraza y cual fue nuestra sorpresa que a las 22:10 se apagaron todas las luces y se cerraron las puertas del local. Nos quedamos solos, a oscuras, asustadisimos con los tragos sin beber. Se que suena inverosimil pero es asi, como lo cuento. Con las luces de nuestros moviles nos tomamos las bebidas y nos fuimos para el parking con miedo a caernos por las escaleras empinadas. Jamas me han tratado tan mal en mi vida. Con tanto lio me deje el jersey allí y hoy al reclamarlo se han hecho los locos. No han encontrado nada y lo que sucedio ayer... Sin mas.... El dueño jamas se enterara y los camareros seguiran haciendo lo mismo de vez en cuando. A elllos les da igual ya que seguramente estaran muy mal pagados. Jamas me han tratado tan mal como en ese lugar. El gin tonic lo prepararon con hidrógeno líquido pero 5 minutos después cerraron el local y nos dejaron sin luz, en la terraza solos, muertos de miedo sin el menor remordimiento. No habra consecuencias, solo podre ser tenaz y seguir quejandome de que no se puede dejar un negocio en manos de asalariados solos. A ellos el negocio y la calidad del servicio les da igual.

Precioso lugar pero muy mal servicio. Carísimo para lo que ofrece. No lo recomendaría. Hay muchos sitios en el entorno donde se come mejor, en un ambiente con más carisma y con mucho mejor servicio por menos dinero.

Me pareció un servicio increíblemente malo. El maitre era un señor impresentable, irrespetuoso con los clientes, impropio para un rte. De este nivel. En todo momento nos faltó el respeto a todos. No nos fuimos por no molestar a unos invitados y a las sras. La culpa no fue de el, sino del dueño o dueños del local. Tomamos unos rodaballos totalmente pasados y llenos de ajos, para disimular su sabor y olor, pero eso no fue nada comparado con el deficiente servicio, que deberían cambiar.

Buen lugar con vistas al urdaibai, fuimos el pasado sábado, comimos unos hongos con foie y una lubina salvaje para dos estupenda. El lugar y el local merecen la pena y Pedro el camarero genial. Para recomendar.

Hacia tiempo que no íbamos y nos encontramos con el comedor y la terraza totalmente reformados con un ambiente muy actual y acogedor, las vistas a la ria espectaculares, como siempre. En la entrada del restaurante han puesto un expositor de pescado en el que pudimos elegir un rodaballo para los 4 que fuimos que preparado a la brasa resulto un éxito. Buen servicio y buena relación calidad-precio. Un local para recomendar la verdad.