opiniones sobre el Restaurante Quinta de el Pardo

Nos hemos sentido estafados. Hemos pedido unos cafés y el camarero al traerlos nos deja un gyntonic que no habíamos pedido muy rápido y haciendo comentarios graciosos, pensamos que era un detalle de la casa y al ir a pagar nos empieza a decir que nos lo tiene que cobrar porque nos lo hemos tomado, que como se nos ocurre tomarnos un gyntonic que no habíamos pedido. Estafadores

Llevo yendo a la quinta desde hace más de 20 años y es un sitio con un enclave excepcional, rodeados de encinas centenarias y a la entrada del palacio que lo convierten en un lugar único y con unas vistas muy por encima de los que se puede ver en los demás merenderos del pardo. Comer en su terraza durante los días soleados de invierno es para mí un auténtico placer. Las croquetas y las morcillas no es que estén buenas, es que son excepcionales y con frecuencia suelo llevarme unas raciones adicionales a casa, el churrasco y cabrito no tiene nada que envidiar a cualquier asador de arévalo. El camarero al que se refieren en los anteriores comentarios es cierto que a veces para los desconocidos pueda resultar un poco tosco pero en cuanto lo conoces un poco te das cuenta que es una bellísima persona que lo único que quiere es agradar al cliente. Su encargado y dueños son encantadores. Es cierto que durante un tiempo dejé de ir por allí, pero la única razón es que era imposible conseguir mesa, a no ser que fueras (estoy hablando de sábados y domingos) antes de las 13 horas, sin embargo ahora con la crisis es fácil encontrar mesa libre a cualquier hora. El precio es muy razonable y no hay problema de aparcamiento. Aconsejo antes o después de comer darse un paseo por los jardines del palacio de la quinta. Lo recomiendo para ir con la familia, amigos, con tu pareja o simplemente sólo con un buen libro y disfrutar del sol, el frescor del aire en la cara, el canto de los pájaros y las vistas de las encinas. Es increíble poder tener un sitio así prácticamente en la propia ciudad de Madrid.

Yo no se si hemos ido todos al mismo restaurante, yo fui el 2/05/2013 por última vez (aunque solemos ir todos los años dos o tres veces en primavera/verano) y nos pareció que estaba bastante bien. Barato no es, pero es un restaurante en el pardo, rodeado de naturaleza.

Malisimo. El camarero desaseado, gritaba y estaba nerviosisimo sin razón porque solo tenia cuatro comensales, nosotros y otra pareja. Ademas tenia unas confianzas injustificadas y molestas. Pedimos la cuenta y a gritos nos dijo la cantidad. El mobiliario es malísimo y a pesar de la chimenea hace mucho frio. El cocinero maliiiisimo. Habas rancias y con vinagre!!!!! La carne deben de tenerla congelada. Porque en vez de a la plancha o frita estaba como cocido por dentro. Los postres malísimos. Industriales y de bote. No nos trajeron factura. El vino bien. Peto el café malo. Lo peor el camarero. Necesita relajarse. El cocinero es tan malo que no sabe ni freir patatas. Estaban quemadas. Repasadas. Malísimo todo. No vayais. Carísimo y malo. Cualquier restaurante del pardo es mejor que este

Este restaurante al que voy con mi familia desde hace muchos años, ha dado un gran cambio, empeorando en todos los sentidos: la limpieza ha empeorado, la atención al cliente, aunque siempre tardan mucho tiempo en servir era buena y afable, ayer estuve allí, y me sentí insultada por el camarero que me atendió después de 30 minutos de espera, impacientándose, le hago el pedido de bebidas y se marcha, cuando le comento que no he pedido todavía las raciones me contesta "joder, podía pedir todo a la vez... ", cuando me queje al encargado por el trato recibido no sólo no pidió disculpas sino que me dijo que era mi palabra contra la del camarero porque él no era supermán y no tenía antenas en la terraza para saber si era cierto o no. Con lo que nos gustaba el sitio, no pensamos volver más porque no es aceptable que se trate así a los clientes, se siente mucha indefensión.

Fuimos a tomar un café y tardaron en atendremos 40 min y el trato bastante desagradable, vamos que es un sitio ideal para no volver nunca.