Restaurante: Raff

Magnífico lugar. Comida sin fuegos artificiales, sincera, con buen producto y mejor elaboración. Es un lugar muy recomendable en cuenca, y si estáis de visita se puede bajar andando desde la zona antigua. Para volver arriba es recomendable pedir un taxi.

La atención muy buena. Pendientes de nosotros en todo momento y, al final, el chef salió a saludarnos. Quizá los precios podrían ser un poco más bajos, pero la presentación, la cantidad y el sabor de los platos es fantástico!

El restaurante es acogedor. La comida es buena, los platos ricos, la cantidad muy escasa y demasiado caro.

Genial. Estuve este fin de semana cenando, ya me habían hablado de él, pero nunca había ido, pues pensaba me van a poner el plato muy bonito pero no iba a comer nada, ¡todo lo contrario! Me fui hinchadísima, qué bueno todo. Lo que más me gustó el foie, qué maravilla y el vino, no he catado un vino tan bueno nunca. Vamos qué repito! Muchas veces no vamos a los sitios por perjuicios, o pensando que no comeremos bien al ser un restaurante "diferente", que será muy caro... Pero estamos muy equivocados. He ido a otros restaurantes de cuenca como el recreo peral, las brasas y comparando calidad y precio me quedo con el raff. Un diez.

Fuimos a cenar 3 adultos estas navidades, un día entre semana. Si tuviese que poner un título a una reunión de amigos que quedan para cenar, como si de una película se tratara, este sería: " la tontería tiene un precio". Y es que eso es lo que me pareció después de abonar los 80 euros a los que tocamos cada comensal. La presentación de los platos, buena, acompañada de una explicación en cada plato del jefe de comedor. La calidad de los productos y su elaboración, buena pero no más. El vino, uno de los montes de Toledo ( no recuerdo el nombre) que en las tiendas tiene un precio de entre 8 y 15 euros. Mis dos acompañantes tomaron postre, yo no. La cena consistió en cuatro entrantes para el centro ( manitas de cerdo rellenas, pulpo a la gallega, huevos fritos con ralladura de trufa y el otro no lo recuerdo) y un segundo para cada uno (3 bacalaos al pil pil). En resumen, el restaurante estaba vacío y nosotros pagamos por todas las mesas. Que pena que la crisis siempre sea para los mismos y que a quien de verdad se la merece, parece que nunca le llegue.