Mala educación y poca formación por parte de todo el servicio de camareros. No tenían ni idea de los ingredientes de cada plato ni qué alérgenos podían llevar. Les ha molestado y han respondido con prepotencia a nuestras preguntas sobre los alérgenos que llevaban los platos. Para colmo, el solomillo de ternera que habíamos pedido como segundo plato, nos lo han servido como primero en lugar de la fideuá porque (según la camarera) ésta tardaba más en hacerse. El vino de bodega no lo han servido en las copas sinó que lo han dejado encima de la mesa. Es una pena que este pésimo servicio desmerezca una buena cocina en general y no se corresponda con el precio final de 150€ para 4 personas.
El sábado iremos 4 amigos, espero tener una buena comida.... Sin sorpresas de mala educación ni nada por el estilo