Restaurante: del Llac

Localización excelente, con vistas al lago. Fuimos en invierno. Probamos el buffet, por 13. 50 por persona. Ofrece un menú variado de carnes, pescados, cocas, ensaladas, y postres incluyendo mousse, pasteles y fruta. Probé la merluza, al punto, con paella de marisco y coca de verduras. El vino joven de la casa era decente, aunque tienen una selección de costers del segre muy variada y de gran calidas. El trato fue atento. La calidad precio es excepcional. Lo recomiendo encarecidamente.

Una mala experincia, una tomadura de pelo. Una ensalada pésima, y por 12 euros. La carne a la brasa, comestible. Lo único bueno, el vino, de la zona. No recomendable.

Había estado en una ocasión hace unos dieza años, por navidad y el recuerdo era grato, respecto a comida, trato y entorno. La actualización del recuerdo a la vivencia no ha sido muy grata. Hemos pedido el foie con manzana y reducción y bien. Para segundo, mi pareja unas costillas rebozadas en frutos secos con dido de queso que también estaban bien. Por mi parte y pedido como primera opción de segundo els peus de porc farcits y, aunque eran las dos de la tarde y no había prácticamente nadie, me han dicho que no quedaban. He optado por cerrar la comanda por un magret relleno de foie. Error. El plato consta de dos medallones escasos de un magret bastante más hecho de lo que requiere. En definitiva, no es ninguna maravilla y me he quedado con hambre. Respecto a los vinos, algo cargados de precio. Nos hemos decidido por un priorat con más grado que virtudes. Finalmente, hemos tenido que solicitar y reiterar en más ocasiones de las deseables la petición de la cuenta. 73€ después, creo que en la siguiente ocasión si paro, será para ir a la cafetería y tomar un café después en la terraza frente al pantano de terradets que en todo este tiempo, no ha cambiado.

El trato del personal excelente, la carta sensacional, comida típica de la zona y de autor. La verdad que hemos salido muy contentos. La carta de vinos fantástica D. O Costers del Segre. Recomendable mesa con vistas al ser posible de todos modos el ambiente es genial.

L’altre dia, gaudint del pont de sant joan, vaig anar amb la meva dona a dinar al restaurant que m’havien recomanat. Hi havia diverses opcions per dinar, però vam decidir entrar al menjador de carta. La temperatura exterior era de 37º, però l’aire condicionat no estava pas encès, pel que vam haber de demanar un canvi de taula (estàvem just al costat de la finestra i la calor era bastant insuportable). A l’hora de fer la comanda, vam demanar cargols a la llauna, entrecot a la crema de xampinyons i bacallà, dues copes de vi jove i fresc i una ampolla d’aigua. El vi, criança i calent; demanem que ens el canviïn i ens porta un altre vi criança 2006. Tornem a demanar-ne’n un altre, i aquesta vegada ens porten un vi del 2007. Els cargols, bé. L’entrecot, molt fet i sense cap mena de salsa (la vam haber de demanar posteriorment). Per últim, com a bacallà, després d’haber preguntat abans de demanar-lo si realment ho era, dient-nos que sí, ens van portar uns trossos de peix disfressat, el mateix peix que s’utilitza a qualsevol menú barat (que per cert, no me’l vaig menjar). Ja cabrejat, em queixo i la resposta que rebo és que sí que és bacallà! Amb tants despropòsits, em decideixo per demanar el compte i marxar. L’experiència ens va costar 42€, sense incloure el plat de peix. Mai més.