Restaurante: Bar Vega

He publicado mi opinión en facebook en la cuenta de mi hijo por mi falta de manejo en estas nuevas tecnologias pero me reafirmo yo soy el padre que llevo a su mujer y a su hijo con la suya a esta gran ciudad de haro. Leerla si quieren. Yo por mi parte creo que se les da mejor responder a las criticas que lo que nos pusieron en el plato a nosotros.

Pues he de decir con mucho respeto, que estoy de acuerdo con este señor de tan mala experiencia, llevamos muchos años veraneando en haro y las tres veces que hemos comido-cenado han sido nefastas y sólo cáimos en la "misma piedra " porque fueron escenarios diferentes: carta, menú del día y cena (platos combinados) creyendo ilusamente que iba a ser diferente. Las tres, al menos las las recordamos con risas por no llorar (vergüenza me daria si fuera los dueños). El servicio por parte de la dueña es despectivo e incluso insultante, incómodo, pareciendo en todo momento un estorbo agradecido de poder comer en este restaurante ya pasado de moda y llevado al esperpente por parte de una familia propietaria que, creo, perdieron el buen gusto por la hostelería hace ya muchos años si es que alguna vez la tuvieron. Mencionaré que el menú del día es simplemente muy malo calidad-precio... Unos entrantes irrisorios y unos guisos semi-calentados de esos que recuerdas el resto del día y no para bien. La cena, a base de platos combinados que los dueños se vieron obligados a ofertar pues el restaurante estaba vacío todos los días, fue la situción más incomoda de nuestra vida, no nos levantamos y nos fuimos porque tenemos más educación que ellos, nos sentaron en una mesa y nos tiraron el comandero sobre la mesa para que apuntáramos lo que queríamos y encima, siempre con cara larga por estar ocupando el comedor de carta (la que no quiere nadie) nos dice la dueña que nos preparemos para esperar..

La peor experiencia gastronómica en muchos años. Comimos 4 personas, menú de día - no precisamente barato - por 16 €/persona. Nada más sentarnos prácticamente tuvimos que pelear con el camarero por conseguir el menu, es que según el no quedaban platos y como no habíamos reservado lo que queríamos comer... Se nos cambiaron las caras al oirlo. Pena de no habernos levantado entonces. Como entrantes nos ofrecieron una especie de verduras trituradas al vinagre con un pulpo que seguro se acordaba de años mejores y unos palitos de mar (txaka) . Ambas cosas eran imposibles de masticar, tragarlas ni nos atrevimos. Luego nos sacaron morcilla (bien a quien le guste) con pimientos . Del segundo plato, la verdad, ya no esperábamos mucho y efectivamente - nos trajeron un bonito que sabía a virutas prensadas. Pero el verdadero remate fue el postre, de nombre "mus de turron", y de sabor papilla de almendra amarga con un chorro de chocolate para disimular. Mal, mal, muy mal. Señores dueños - si quieren dar de comer mal, mejor quédense solo con la carta y unos pocos clientes en vez de ofrecer un menú tan rastrero y sin calidad, que a nadie nos gusta ser estafado.

Ambiente agradable, comida tradicional, hay variedad para elegir y de precio bien. Buena atención

recomiendo el restaurante vega a todo el mundo, el trato es agradable, la presencia sensacional,he leído el comentario de ese señor y no lo entiendo, debe estar hablando de otro restaurante porque en el que estuve yo era exquisito.