Restaurante: Casa Pablo

Lugar con encanto, tanto la carne como el pescado con calidad extraordinaria que podría ser un poquito más barata

Entramos, no había nadie, nos atiende Pablo padre, que se enrrolla bastante bién, nos sienta y nos recomienda la comida sin ver la carta, cofíamos en él. Por poner un ejemplo, un entrecot cuando vimos la cuenta costó 27 €, con esto lo digo todo, clavada monumental, nos quedó la duda si ese era el precio de la carta. En el comedor con su ambiente taurino, antiguo y obsoleto, solo había tres personas, al menos la comida fue relajada, claro hasta que llegó la cuenta. Creo que por los tiempos que atravesamos y con la que está cayendo, si no cambia, cerrojazo seguro.

Estuvimos hace dos años y sólo podemos decir cosas buenas. Pedimos ancas de rana, poco habituales en el mundo de la restauración, y estaban deliciosas. El cochinillo fue uno de los mejores que he comido en mi vida. Y respecto a las fresas no hay palabras... Un lujo para el paladar. Y volvemos la próxima semana. El local es muy agradable y acogedor, y el personal y el servicio impecable. La relación calidad/precio es buena.

He comido varias veces en compañía de mi Famila, en más de una ocasión en un espacio de varios años y desde hace aproximadamente 2, echo de menos varias cosas.

Servicio de Camareros: desde mi punto de vista, antes era más agradable, había más cortesia, ahora te atienden bien, pero de una forma totalmente impersonal.

Atención primaria: se va perdiendo la costumbre, de poner esos pequeños detalles, antes y después de comer, que por lo menos a nosotros nos agrada bastante.

Ejemplos:
- Un pequeño aperitivo, antes de empezar, que además sirve para pasar mucho mejor el tiempo, hasta que empiezan a servir la comida.

- Si se ha tomado vino, en la comida, el ofrecimiento después del café, de una copa de licor, con o sin alcohol.

Por eso y con el ánimo de no alargar más los comentarios, entiendo que independientemente de que los costes, vayan incluidos en los platos que se consuman o no, ya que pueden ocurrir las dos cosas, lo hechamos de menos, al comparar esta situación, con otros restaurantes de similar categoria.