El asado, que fue lo que comimos, excelente en cuanto a calidad y elaboración. Buena bodega y a buen precio. Por poner una pega, diría que las mesas son un poco pequeñas.
El asado, que fue lo que comimos, excelente en cuanto a calidad y elaboración. Buena bodega y a buen precio. Por poner una pega, diría que las mesas son un poco pequeñas.
Fantástico restaurante, veníamos de Madrid para pasar el fin de semana en Salamanca, y paramos a comer porque nos lo había recomendado unos amigos.. La comida excelente, increíble calidad precio, si te gusta comer bien y en cantidad, acércate porque vas a quedar muy pero que muy satisfecho
Acudí con mi familia al restaurante el Oso y el madroño (Peñaranda de bracamonte) y fue una vergüenza. 45 minutos de reloj para servirnos, la presentación de algunos de los platos dejaba mucho que desear y la atención de los camareros era mínima. Podrá tener mucha fama y todo lo que se quiera pero de la fama no se vive, es el cliente el que paga, recordemos. Quedamos muy insatisfechos por el servicio y aún sabiéndolo ni tan siquiera nos pidieron disculpas por la tardanza. Había una boda y el comedor estaba lleno de comensales como nosotros. Tres camareros había para atender a todos. Habíamos llamado unas horas antes para reservar y nos admitieron la reserva sin ningún problema. No lo recomendaría ya que cuando decides gastarte el dinero en una comida qué mínimo que disfrutarla.
Estoy comiendo ahora mismo y solo puedo decir comida mala y atención pésima. Una paella hecha con arroz largo como de goma y completamente caldosa. Te ponen los entremeses nadando en agua de espárragos. El tostón es lo único bueno pero te dejan el mismo cuchillo redondo que para los entremeses, no cambian el cubierto y ya me contaras como te comes la carne. El camarero parece que te esta haciendo un favor por atenderte. En Peñaranda se come bien en cualquier sitio, no vengáis a perder tiempo y dinero al Restaurante El Oso.
Es una pena, que con lo buena que está la comida en este sitio, haya camareros que te la amarguen. Llevamos varios años comiendo allí, cuando vamos para el pueblo, primero solos y ahora con niños. Y eso que ahora hay que salirse de la carretera para llegar. Pero hay un camarero en especial, que es muy borde, no te atiende cuando llegas, atiende primero a sus conocidos, y si vas con niños pequeños le parece extraño que no pidas comida para ellos, y además te quita el plato y los cubiertos del niño, para que no le des de tu comida. La verdad una pena, porque al final hemos decidido parar en otros sitios a comer, por culpa de este señor, cuando la comida de allí nos encanta.
Soy de Salamanca y este es mi restaurante favorito ( por la comida ) todo esta riquísimo y jamas e tenido ningún problema en este aspecto, lo que no me gusta es que los camareros son bastante bordes y desatendidos y es cierto lo que dicen en un comentario arriba que parece que te invitan a irte, no había acabado mi plato cuando el camarero se puso a quitarmelo y le tuve que decir por favor no e acabado, tampoco atienden a reservas, llegas dices que tienes reserva y no te la han cogido y te quedas con una cara....... Así que señores del oso y el madroño ser un poco más amables ,
Estuve el pasado 20 de mayo y aunque reconozco que la comida ( tostón ) estuvo excelente tuvieron un feo detalle al final, que nos hizo marcharnos con mal sabor de boca; era domingo, llegamos temprano ( desde Galicia recomendado por un compañero de trabajo ), el local se fue llenando y cuando nos trajeron los cafés, sin pedirla, nos trajeron la cuenta... Era una clara invitación a que dejásemos la mesa libre. Al salir, vimos que había bastante gente fuera en el bar, esperando, comuniones, etc. Feo detalle, a los clientes no se les invita a salir con el postre en la boca.
En 1 palabra: excepcional!! A todo el mundo que sabe apreciar el buen comer, y disfruta de la gastronomía se lo recomiendo sin ninguna duda. No esperes platos tipo diseño, mínimalistas y mariconadas de esas que triunfan hoy en día, ( con todos mis respeto al que le guste). Simplemente buenísima cocina, abundancia, variedad y buen servicio. Felicitaciones para todo el equipo que forma el complejo...
En el camino a Salamanca desde Madrid (o al revés) la parada ideal para comer bien sin el agobio de una gran ciudad. El tostón (o cochinillo, o cerdo lechón) recién asado en el horno de leña, de piel crujiente y carne blanca le da la fama al restaurante. Querrás volver a hacer esta ruta...
Estoy totalmente de acuerdo con esa opinión. Yo estoy proyectando un viaje a Salamanca desde Barcelona, y nos lo estamos combinando para parar en el Oso y el Madroño. De todas formas, no es conveniente divulgarlo mucho, ya que si se masifica, seguro que perderá calidad y/o servicio. No se lo digáis a nadie.