Restaurante: Emilio

Quisimos celebrar un bautizo pero no pudo ser por la falta de palabra del dueño.. Reservamos fecha con 2 meses de antelación y cuando fuimos a confirmar numero comensales etc.. A 2 o 3 semanas del bautizo, tal es nuestra sorpresa que nos dice que ha apuntado otra fecha, sábado en vez de domingo, sabiendo que a esas alturas en mayo estaba muy complicado encontrar otro restaurante libre.. Pero el dueño se comprometió y nos dijo que no nos preocupáramos que el se encargaba y nos hacia hueco en su restaurante.. A partir de ahí él nunca llamó.. Tuvimos que ir detrás de él ya que se acercaba la fecha del bautizo y no llamaba.. E insistía en que cambiáramos la fecha del bautizo ya que el restaurante estaba repleto de comuniones claro... A los 2 días antes del bautizo le llamamos para recordarle que aún estábamos esperando que solucionara el fallo que había cometido él(intencionado o no)y su falta de palabra y profesionalidad.. Escribo esta critica para que a nadie le pase lo mismo... No fiaros de este hombre.. No tiene palabra. Y no me creo que fuera un despiste el apuntar otra fecha... Estando los billetes por delante.... Gracias que encontramos hueco por suerte en el restaurante donde nos casamos el patio de San juan, que por el contrario super recomendable. Atentos amables, comida deliciosa.. Entorno precioso.. Servicio impecable.. Todo perfecto!

Excelente servicio y atención al cliente. Los productos sabrosisimos y abundantes