Restaurante: Fin do Camiño

Todo lo malo que pudiera decir sería poco. Pago por comer, no pido limosna. Si no les gusta su trabajo, no me quieren atender o les parezco feo no me permitan acceder al comedor. Pero pagar por un servicio tan lamentable no. Ustedes no me hacen un favor a mi. No volveré ni hablaré bien de este sitio nunca, me han fastidiado varias veces hasta que me he enterado de lo que pasaba. Prefiero comprar una barra de pan y cien gramos de chorizo que volver a poner un pié dentro.

Nos lo recomendaron compañeros de nuestra empresa y todos los años y una sola vez (por desgracia ya que está muy lejos de nuestro hogar) comemos en este restaurante, y el resumen es este: mariscos y pescados sobresaliente postres buenos y variados relación calidad precio buena trato formidable - calidad superior que más se puede pedir? - os lo recomiendo - sigue así y no te tuerzas alberto tienes un cliente fijo aunque solo sea por una vez al año.

Fuimos a comer hoy y estuvo bastante bien, aunque la parrillada de pescado fue escasa para los 18€ por persona que nos cobraron. Nos hicieron esperar mucho entre los entrantes y el plato principal y en la cuenta nos metieron un café y una ración de pan a mayores. Y si pagas con tarjeta te cobran un recargo... La próxima vez voy a otro, no repito.

Soy de soria. Llevo muchos años pasando la última semana de agosto con mi familia y amigos en ese precioso pueblo que me tiene enamorado. Sus paisajes, sus gentes, y sus servicios son excelentes. Dentro de esa excelencia destaca el restaurante Fin do Camiño con alberto y su familia al frente del mismo, con esa filosofía de hacer bien las cosas, desde la atención al cliente, su cultura, sus charlas y conversaciones en esas noches de poco trabajo. Dentro de todo eso, el placer de pasar un rato super agradable disfrutando de la buena mesa, sea cual sea el plato que se solicite, a un precio muy razonable con una calidad inmejorable. Mi consejo es, quien visite fisterra debe visitar el restaurante Fin Do Camiño. Mi familia y yo volveremos a finales de agosto.

Magnifico trato por parte de las camareras simplemente impresionante, muy buenos consejos y un sargo y una lubina a la plancha de saltarse las lágrimas. La empanada de pan de maíz y sardinas es una auténtica pasada. Y encima no es excesivamente caro. Muy, muy recomendable