Comida muy mediocre, más de media hora entre plato y plato y encima no traen todos a la vez. Una pena como ha caído de bajo.
Comida muy mediocre, más de media hora entre plato y plato y encima no traen todos a la vez. Una pena como ha caído de bajo.
Hacía años que no iba. El servicio fatal, la materia prima de baja calidad y el cocinado penoso. Cuando nos han preguntado y se lo hemos dicho es cuando nos han preguntado si queríamos tomar un orujo o un café. El servicio de pan y aperitivo 2,60€ por persona, escandaloso.
La comida realmente buena, no es barato pero tampoco excesivamente caro menos la carta de vinos que es abusiva en cuanto a precio. El servicio simplemente correcto. El el local, bonito y agradable. El mayor problema: no alimentan la chimenea, esta de adorno¡¡ ir con el abrigo y no os lo quitéis durante la comida!
Ni se os ocurra ir!! Sin duda uno de los peores (o el peor) en que he estado. Tardaron muchísimo en traer la comida(más de media hora desde que pedimos hasta que la trajeron), las croquetas frías (tuvimos que decirles que las calentaran), el lechazo no tenían (un domingo no tienen lechazo??? ), pedimos chuletas de cordero y entrecot de buey, no estaban buenos para nada y la ración de chuletas muy escasa. De postre pedimos tarta de chocolate y ni eso estaba bueno. No vamos a volver a ir jamás.
El restaurante no puede ser más bonito (no me cansé de hacer fotos). Nos sentaron justo enfrente de una gran chimenea (bien! )
tuvimos un camarero pendiente de nosotros en todo momento. Comimos:
migas del pastor (muy suaves, y con uvas peladas por encima)
queso de brie, empanado con semillas de sésamo y cebolla caramelizada (muy rico y original). Cochinillo asado con patata panadera y una ligera ensalada de escarola y Granada. Para mi, impresionante. De postre, nada, pues no podíamos más! Eso sí, nos obsequiaron con unos chocolates muy ricos y unos chupitos de orujo casero que se agradecen.
Nunca he salido tan enfadado de un restaurante. Reservamos con la idea de comer cochinillo y cordero. Una hora después de habernos sentado aún no nos habían traído ningún plato. Luego nos dicen, después de pedirlo, que no les quedaba cordero. Un cuarto de hora después rectifican y nos dicen que no les queda cochinillo. Hora y media después de sentarnos nos traen las ensaladas. Nos tenemos que levantar a buscar cubiertos de servir, platos y el aderezo ante la falta de servicio. Encima empezamos con un vino del que nos ponen dos botellas para decirnos luego que no les quedan más y que tenemos que cambiar de marca. Dos horas después traen el cordero. Reseco y duro. Al traer la cuenta nos cobran de más.... No nos quedó otra opción que poner una reclamación....