En un restaurante que se precie como mandanga no se puede sacar a la mesa el plato más caro de pescado, el besugo, a 66 eur. Para dos ración muy escasa y seco totalmente ( soy de portugalete y conozco el género). A la pregunta de la camarera de ¿qué tal? Le expongo mi parecer y ella lo corrobora diciendo que es pequeño y se ha pasado un poco y que se lo comenta a su jefe. La callada por respuesta. Señores así no se hacen clientes. Un saludo y ojo con el besugo.