Restaurante: Hostal El Molí

Fuimos a comer todo un grupo con niños. Comimos muy bien y el entorno es fantástico. Lo recomiendo para pasar un agradable día en familia o en grupo ya que sus exteriores invitan al relax y a la tranquilidad y tiene una gran zona para que los niños estén distraídos mientras tomas un buen café.

Estuvimos comiendo en el Restaurante El Molí el pasado 28/08/07. El entorno es fantástico, muy tranquilo a pesar de estar bien comunicado.
La recepción y atención fue excelente por parte del personal. Comimos en la maravillosa y enorme terraza que tienen, muy tranquila y acogedora protegida por el emparrado.

Nos pusieron un aperitivo y un pequeño sorbete de melón con jamon que estaba fresquito y delicioso, una gran idea muy agradecida.

La carta ofrece una cocina catalana ampurdanesa en la que cuesta elegir porque todo tiene buena pinta. Así, dispone de entrantes fríos como anchoas de la escala (8,5€), ensaladas catalana por unos 9€, fantástica y con embutidos buenísimos, lechuga de la huerta de ellos o lo que pedí yo, caracoles a la llauna El Molí (11,30€). Decir que estaban riquísimos, pero me extrañó la presentación, de hecho no me gustó que me los presentaran en un plato fuente pequeño. Yo les recomendaría servirlos en una llauna y si no en cazuelas de barro o platos de barro.

En los pescados tienen por ejemplo Turbot (rodaballo) a la plancha, (19,30€), y las carnes muy buenas a unos 15€ de media. A la brasa el cabrito (16,5€) o las costillas de cordero (18,9€).

Nosotros pedimos pies de cerdo rellenos de setas, que lo pusieron muy bueno, en cantidad, calidad, presentación y sabor (11,6€) y yo un filete de buey (16,90€) que en realidad me lo sirvieron en taco, estilo solomillo. He de decir que hacía mucho tiempo que no me comía una carne de buey a la brasa tan buena, tan melosa y suave, con su guarnición.... perfecto.

Para mi hija pequeña optamos por un menú escalopa que lo ponen muy bien, con patatas fritas, escalopa y se lo comió todo de maravilla (7,9€).

No solemos pedir postres, pero cuando vi que tenían milhojas, ya no me pude resistir y entonces probamos el milhojas (bisbalenc) 5,5€ y un a mouse de yoghourt (5,2€). Buenísimos, de verdad. Los hacen ellos casi todos los postres y se nota un montón. Me sorprendió la destreza en el manejo del hojaldre, ya que el acabado y la cocción de la masa era perfecta y estaba delicioso.

El restaurante dispone de un amplio parking y unos salones muy acogedores para comer dentro. Los aseos están a la altura, espaciosos, limpios aunque faltaba reponer algunas cosas.

Lo mejor es que puedes hacer una buena sobremesa sin que nadie te meta presión, puedes levantarte y tumbarte un rato a descansar en las hamacas junto al río Muga, mientras los niños juegan en los columpios o en un tiovivo pequeñito que tienen. Lo encontré muy relajante. Lo malo es el olor a cloaca que según donde sale de alguna alcantarilla cerca del rio.

Como dije, el trato fue estupendo, cordial y servicial, atento y simpático, la atención no tengo más que elogios. Me quedo con ganas de volver en invierno ya que sus salones rusticos tienen pinta de ser muy acogedores y con lo bien que se come merece la pena acercarse a Pont de Molins. Muchas gracias a El Molí por la atención y la comida tan excelente y el buen rato que nos hizo pasar. Así da gusto.