Restaurante: La Favorita

No volveré, fuimos ilusionados con unos amigos, el canto bien. El ambiente bien, pero la comida fatal, se anuncían como cocina Navarra, es un insulto!!! El solomillo duro, carne seca y escasa y un guiso con marisco y patata incimiblo, vamos un timo,.

Llame para reservar, me atendió una señora super maja, le dije que quería reservar para cenar en el jardín. Me dijo que perfecto, pero que tuviera en cuenta que al ser la ópera en el comedor de dentro del palacete solo se oiría de fondo, le dije que no había problema. Me dijo que fenomenal, que el jardín es ideal y que perfecto. Llegamos y nos dice un chico que le sigamos, empezamos a bajar unas escaleras y nos fueron a sentar en la planta sótano que tienen. Les dije, perdona, he llamado esta mañana y he dicho expresamente que quería el jardín, y me dicen, es que el jardín y la primera planta están reservadas para una celebración privada. Les dije que como no me habían avisado cuando llame para reservar que incluso la chica que me atendió me advirtió de que la ópera era en el comedor de dentro y solo se oiría de lejos. Me dice ha habido una confusión, les dije que me parecía perfecto pero que para algo piden el número de teléfono cuando haces una reserva, que me hubieran avisado de lo que había y no me hubiera dado el paseo en balde! Les dije que yo no pensaba ni de coña pagar un dineral por cenar en una planta sótano asi que nos piramos. Creo que la gente es bastante impresentable!

Horrible. Habíamos reservado para celebrar un cumpleaños en pareja, y nos ofrecen una mesa con un dedo de separación respecto de las dos mesas contiguas, y justo frente a la entrada, con bastante paso de gente. Aparte de oler el aliento del vecino, ya sólo sentarse requiere de un contorsionismo considerable. La organización del restaurante es en plan tetris, es decir, si en buena lógica cabrían 10 o 12 mesas, pues vamos a meter 30 y a ver qué pasa. Nos fuimos directamente, sin cenar, ni escuchar la música.

Reservé vía telefónica y me dieron sitio en el comedor de la primera planta (me dijeron que allí molestaba menos el humo del tabaco). Al llegar, nos llevaron al sótano, cuando dije que había reservado en otra planta me dijeron que allí había una fiesta privada (mentira y gorda, reservé dos días antes, cómo lo van a organizar tan rápido? Pero claro, éramos clientes "de segunda"). El comedor del sótano era bastante más feo que el que se ve en la planta baja, con las mesas extremadamente juntas, nunca he visto nada similar, pero lo peor no es eso, lo peor es que no estaba debidamente climatizado, yo pasé frío toda la noche y a mi novio le dio un corte de digestión allí mismo. Pasé una "preciosa" noche de aniversario gracias a estos "señoritos", si lo llego a saber nada más llegar les mando a freír espárragos por bajarnos abajo. No volveré y jamás se lo recomendaré a nadie.

Inmejorable, creo que asistí a una de las noches mágicas del restaurante, entre los clientes nos acompañaba un tenor francés ya jubilado que cantó con el pianista del restaurante. La pareja de tenor y soprano además de cantar excepcionalmente, mostró un sentido del humor maravilloso. No dejen de visitarlo y disfrutar.