Restaurante: Mesón Extremeño

Muy descontento, se hacen los despistados en todo, no te dan carta de bebidas, aún con esas preguntas el precio de luego te cobran más, y con el despiste de que era más o menos te la clavan, muy mal. Hay que ser legal con el cliente.

Malo hasta decir basta! Corroboro todo lo dicho en las opiniones anteriores, vergüenza debía de darle al dueño de publicitar algo aceptable con lo que hay en los platos, realmente decepcionante. Lo que comimos fue poco, mal cocinado y mal servido. Nunca mas!!!!!

Si tienes hambre no acudas a este restaurante. Una tarde de visita a Mérida y muertos de hambre, un grupo de amigos fuimos a tomar unas tapas, ya que todos los restaurantes de la zona o estaban cerrados o estaban llenos y nos decidimos ir a este mesón, en mala hora. Simplemente decir que tras dejarnos cada uno 20 euros en este mesón, tuvimos que ir a otro bar para comer algo, da una idea de las ínfimas cantidades de comida que ponen en este sitio.

La noche del 16 de agosto de 2008, con un eclipse como testigo, tuve la desdicha de sentarme con mi familia y unos amigos a tomar unas raciones en este infame restaurante de Mérida. Pedimos lo típico: lomo, jamón, cochinillo frito y migas, insistiéndole al camarero que nos pusiera jamón ibérico de bellota, "del bueno".

Lo que nos sirvió, aparte de brillar por su escasez en el plato, dejó mucho que desear. El jamón estaba pésimamente cortado y lo de ibérico de bellota se lo va a creer su tía; el lomo (en el Carrefour te los encuentras mejores y a un precio normal), pero lo que ya sobrepasó todo límite fue la ración de cochinillo. Estas dos raciones, que por su cantidad se podrían haber juntado en un mismo plato sin que llegara a rebosar, consistían en vértebras y corteza de cerdo frito, ah!, también había una pezuña o manita del cochinillo, acompañadas de patatas fritas.

Las migas no las probé pero los que lo hicieron no resaltaron ninguna exquisitez de las mismas. En definitiva, 84,20 €. Desde luego si este restaurante es la carta de presentación gatronómica de la ciudad, estando a escasos metros del Museo y del Teatro Romano, vaya imagen que están dando de la misma. Para coronar la tarta, tienen un cartel al lado de la entrada al mesón en el que alardean de ofrecer calidad. ¡Ladrones!