Restaurante: el Paraguas

Excelente restaurante en cuanto a comida, tanto en calidad como su preparación, la instalación y comodidad de las mesas, no tiene la categoría de la comida.

Servicio impecable agradable, atento y cercano. He visto en algunas opiniones que critican al servicio, pues bien no se como seria antes pero os aseguro que ahora es inmejorable. Fueron tan majos que incluso, viendo lo indecisos que estábamos a la hora de elegir el postre, la crema de arroz con leche nos la trajeron sin nosotros decirles nada y nos invitaron. - la comida es de calidad impresionante, con productos y platos asturianos 100%. Las cantidades de los platos son abundantes y más que correctas. De todo lo que pedimos no sabría decir que fue lo mejor. Todo fue sobresaliente. - el precio nos costó acorde a la materia prima que estábamos comiendo. Fueron 80€ por persona. En mi opinión el precio fue justo para tan maravillosa experiencia. Hay que darse cuenta que es algo bueno que nunca olvidaras. - el local es precioso, muy acogedor, con una decoración muy cuidada y en una zona privilegiada. El ambiente es elegante e intimo. En conclusión, es un restaurante que todo el mundo, por lo menos una vez en la vida, debería de conocer.

Pésima atención de la señorita que atiende el teléfono, entre otras cosas. Jamás lo recomendaría.

He comido y cenado en "el paraguas" varias veces y siempre he salido satisfecho por la comida y ambiente. Las fabes con centollo, las albóndigas de rabo de toro y la ensalada paraguas acompañadas de un buen vino (hay de todo precio) complementan la estupenda amabilidad y carisma de los dueños, una pareja sencilla y encantadora. De las que no hay muchas. Hay restaurantes en madrid para todos gustos y para todos los bolsillos y no siempre se puede comer en el paraguas pero, cuando me quiero dar un gusto, reservo una mesa con mi mujer o amigos. Mejor dejar el coche en casa porque en la zona no es tan facil aparcar aunque siempre esta la opción de dejarlo en el parking de colon o con el aparcacoches.

Fuimos dos matrimonios a cenar, mientras charlábamos de nuestras cosas el camarero nos comenta que tienen huevos fritos con angulas lo cual nos parece una propuesta excelente. La factura de los cuatro ascendió a setecientos cincuenta euros. Cada plato de huevos costó ciento cuarenta euros. En fin una estafa en toda regla de la que debido a nuestra frivolidad de no mirar la carta y de no rechazar lo que nos endosó el maitre fuimos partícipes . Precios de Zalacaín en un restaurante de barrio con pretensiones. El día que dejen de ir las cuatro caras conocidas que lo frecuentan se quedará en NADA. Esperamos ese momento con impaciencia.