Restaurante: de Pilar

Imprescindible si vas a Cantabria o si, como nosotros, que somos de Madrid, que fuimos a primeros de setiembre a Asturias y reservamos un día solo para ir a comer allí. La experiencia es única y desde que abrieron hemos ido todos los años. La profesionalidad de ruben y de todos los que allí trabajan es enorme y si a ello le acompaña unos productos de primera calidad y elaborados de maravilla, pues el comer allí es algo que quieres repetir siempre. Esta última vez nos recomendó unas "rellenucas con cebolla pochada"(la cria de la sepia), que no olvidaré nunca pues son deliciosas, el mejor lenguado que hemos probado nunca, esas croquetas caseras y el postre de trufas de chocolate negro con salsa caliente de chocolate blanco todo un manjar....... Ni que decir el sitio donde está ubicado que es impactante solo verlo desde fuera. En fin una jornada gastronómica maravillosa en su totalidad. Gracias a todos los que formáis parte de este restaurante y hacéis que recordemos siempre nuestra estancia.

Ya conocía este restaurante y he comprobado que mejora cada vez que voy. La calidad del genero y la innovación constante hacen que pueda acabar optando por la estrella michelin con más meritos quealgún otro que conozco. La amabilidad y profesionalidad de ruben son una constante. Después de la desgraciada desaparición del rio ason de ramales, el restaurante de pilar es de lo mejor de cantabria en lo gastronómico y el mejor sin duda por su ubicación privilegiada en la bahia/puerto de santoña no dejéis de pedir las trufas en salsa de chocolate blanco. Solo tienen el defecto de que son pocas.

Fue una lástima que fuera por la noche, porque no pudimos disfrutar de las vistas. Si hubiera que hacer alguna objeción, diría que nos costó mucho encontrarlo, pues hasta que no estás en las instalaciones, y has dado la vuelta, no te das cuenta de que es ahí. Lo demás, como indico en la valoración, fue perfecto.

De 10 buen servicio buena comida esta situado en el puerto con una buena terraza y gente correcta y amable

Las instalaciones bien. Las vistas expectaculares. La atención normal. El precio muy caro dado que la cocina y los productos son de calidad normal.